Nacional

¿Suicidios, accidentes o muertes naturales?... No, feminicidios

Crónica cuenta la historia de Zyanya, hilo conductor hacia una realidad dolorosa en el país: obstrucción de la justicia en casos de mujeres asesinadas, por descuidos, carencias y corruptelas de autoridades policiales, ministeriales y forenses.

Obstrucción de la justicia

Patricia Becerril, madre de Zyanya, señala irregularidades en la investigación

Patricia Becerril, madre de Zyanya, señala irregularidades en la investigación

Especial

(Primera parte)

-Con la novedad, que su hija se suicidó - dijo el ministerial en un tono frío a los padres de Zyanya Figueroa Becerril, egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM y quien estudiaba la especialidad en pediatría en el Hospital del Niño Poblano.

Como si hubiera atestiguado la escena, el policía aludió la gama de medicamentos regados en la recamara: “Fue lo primero que usó para hacerse daño, luego se quiso cortar las venas, pero seguramente se acobardó y terminó colgándose. Dejó una carta póstuma".

Era la noche del 15 de mayo de 2018. Han pasado más de 4 años y medio en los cuales la familia ha documentado diversas omisiones e incompetencias de la Fiscalía General de Justicia de Puebla y aportado elementos para derribar la versión inicial.

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Su batalla ha rendido frutos porque en 2021, tras una audiencia de omisiones solicitada por el abogado familiar, un tribunal colegiado solicitó a la fiscalía poblana subsanar sus errores y reencauzar la investigación como feminicidio, determinación respaldada por el juez de control, quien otorgó un plazo para presentar un nuevo plan metodológico, el cual contempla la exhumación del cuerpo.

En esta primera entrega, Crónica cuenta la historia de Zyanya, hilo conductor hacia una realidad dolorosa en el país: obstrucción de la justicia en casos de mujeres asesinadas, por descuidos, carencias y corruptelas de autoridades policiales, ministeriales y forenses, así como por la disparidad en dictámenes oficiales.

Ahí está, como ejemplo reciente, la muerte de Ariadna Fernanda López, sobre el cual las fiscalías de Morelos y CDMX tuvieron conclusiones opuestas: la primera atribuyó el deceso a “intoxicación alcohólica y broncoaspiración” y, la segunda, a "trauma múltiple causado por lesiones y golpes”.

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¿Por qué las discordancias?...

Son muchos los casos en los cuales familias, organizaciones de la sociedad civil como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y servidores públicos comprometidos con el tema han logrado acreditar como homicidio lo presentado como suicidio, accidentes o muerte natural.

“Si no se sigue una guía de necropsia para muertes violentas de mujeres, principalmente en casos que intentan encubrirse, se termina por revictimizar a las familias con procedimientos dolorosos como la exhumación. En la fiscalía estamos desmontando farsas, hasta supuestas muertes naturales”, dice Sayuri Herrera, Coordinadora General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas de la Fiscalía de la CDMX.

“Hemos trabajado casos en los que tenemos como causa de muerte un infarto, pero son derivados de la asfixia por sofocación que provocan los agresores a sus víctimas, o con traumatismos en tórax que derivaron en infartos al corazón o al cerebro y que tienen relación con otras acciones previas”.

Guadalupe Valdés, especialista en Género y Derecho en la UNAM, afirma: “Hemos pedido que toda muerte de una mujer se trabaje de arranque como feminicidio, porque esas horas primarias son vitales, se necesita al experto en feminicidios revisando la escena de los hechos, investigando quién era la víctima y los antecedentes de violencia, escuchando a las víctimas indirectas. Las defensas de los homicidas están concentradas en cómo pasar de un delito doloso a uno culposo, o a un suicidio, y debemos estar listas para contradecir. Los datos obtenidos con perspectiva de género deben ir a la carpeta de investigación, no al cajón de la oficina”.

Batalla

Doña Patricia Becerril parece tomar aliento aferrada a una fotografía de su hija y a una cruz con su nombre.

Patricia Becerril carga una cruz rosa con el nombre de su hija

Patricia Becerril carga una cruz rosa con el nombre de su hija

Especial

“De la Ciudad de México a Puebla todos íbamos en silencio, pensando que era mentira, pero al llegar a donde mi hija rentaba, al ver las patrullas y servicios forenses, se acabó mi esperanza. Vi cómo bajaron su cuerpo por las escaleras, en una bolsa negra, la depositaron en el piso y jalaron el cierre hasta la barbilla. Nos hincamos frente a ella… Sabíamos quién era, sus ilusiones personales y profesionales: quería irse a comunidades alejadas para atender a niños y bebés. No podía ser así. Nos había dado tantas satisfacciones”.

“No era depresiva. Su idea era regresar a la capital para aplicar en el hospital de neonatología y hacer la subespecialidad como médico-pediatra neonatóloga. Días antes había venido a la ciudad para organizarme, junto a sus dos hermanos, una cena sorpresa por mi cumpleaños, y conocer a una sobrinita recién nacida. Ya estaba haciendo planes para festejar a su papá el siguiente mes. No corresponde a una persona que se quiere quitar la vida”.

La versión oficial fue siempre inadmisible para padres y hermanos, no sólo por la personalidad y sueños trazados de Zyanya, sino principalmente por el desaseo en las investigaciones, la falta de diligencias y los elementos probatorios recabados con posterioridad.

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Primero -según el expediente-, fueron compañeros de la especialidad quienes rescataron el cuerpo suspendido de la joven y la mascada con la cual “se ahorcó”. La escena también fue alterada porque al siguiente día de los hechos un ministerial permitió ingresar a la casa y hacer mudanza a la roomie, aun cuando la vivienda había sido asegurada desde la misma noche del hallazgo.

La fiscalía siempre basó la tesis del suicidio en la carta encontrada. Sin embargo, un peritaje independiente reveló “escritura simulada” en la primera parte del texto y, en la parte restante, concluyó: “fue escrita a prisa y no corresponde a la letra de Zyanya”.

En torno a esa misiva, hubo otras sospechas: “Andábamos todavía en los rosarios cuando una de mis hermanas se me acerca para decirme: ´prepárate para otra mala noticia, una foto y la carta están circulando por las redes´. Al siguiente día nos fuimos a Puebla, nos recibió el jefe de homicidios y nos dijo que no tenía idea, nos aseguró que su gente no había filtrado nada, pero que investigaría”, relata la mamá.

“La carta revela todo lo contrario a su esencia, dice que era un fracaso como médico cuando en el primer año de la especialidad su investigación obtuvo el primer lugar y varias familias de los niños se han referido a ella como muy buena doctora, con gran calidez humana; señala que es una mala hija cuando siempre estuvimos orgullosos de ella, y también dice que es una mala hermana, cuando fue siempre ejemplo e inspiración para sus dos hermanos menores”.

Los ministeriales tampoco solicitaron las imágenes del sistema de videovigilancia, pese a la petición de la familia. Cuando quisieron hacerlo, ya se habían borrado. Una segunda inspección en el lugar sólo fue posible por la presión de los padres, quienes al momento de la ejecución debieron soportar las burlas policiales: “¿Cómo ven que estos señores van a presentar una denuncia para ver quién filtró la foto y la carta?”.

Doña Patricia y su esposo compartieron con los ministeriales una lista con lo pendiente de recabar. La respuesta fue: “Ya qué le buscan, si su hija está muerta”.

Un periodista local les compartió una fotografía del cuerpo de Zyanya en el piso del baño y, en el lavabo, un cuchillo, tijeras y sangre.

“Mi cuñado y mi sobrino son médicos, dijeron que si ella intentó cortarse las venas, como sostuvo la fiscalía, la sangre debió salir disparada y estaba como en cascada sobre el lavabo, no cuadra. Supimos que la mascada tenía nueve nudos, con tantos medicamentos que supuestamente tomó, ¿había podido hacer nueve nudos? Si hubiera sido su propósito quitarse la vida, siendo médico tenía conocimientos suficientes para hacerlo de una manera rápida, sin sufrimiento, y su cuerpo presenta 37 venopunciones en brazos y piernas, muchas en el mismo lado”.

SURCO. De arranque, los Figueroa contrataron abogados particulares, quienes, ante las anomalías, terminaron por sugerir la búsqueda de organizaciones especializadas en el tema, “porque es evidente que al fiscal le interesa que no se dispare el número de feminicidios, por eso los disfrazan de suicidios y accidentes”.

Fue así como el Observatorio del Feminicidio tomó el caso.

Se logró la transferencia de la carpeta de la fiscalía de homicidios a la de feminicidios, “pensábamos que estaría en mejores manos, pero es la misma simulación, jamás se salieron de la línea del suicidio”.

Junto al Observatorio, se detectaron más irregularidades:

“Que hubo inconsistencias y errores en la necropsia: jamás se revisó si mi hija había sido víctima de una violación o abuso sexual, tampoco algún indicio en uñas u otra parte del cuerpo. Con ayuda del doctor Mario Nájera, forense de Guatemala que colaboró en el caso Lesvy Berlín, se presentó un peritaje contrario al suicidio, porque no había en el cuello de Zyanya un surco que correspondiera al ahorcamiento, más bien una marca concordante con estrangulamiento; para él, estuvo en un estado de indefensión que le hubiera hecho imposible colgarse”.

-¿Qué ve en el actuar de las autoridades? -se pregunta a doña Paty.

-Al conocer la historia de otras madres, parece que todas las Fiscalías están cortadas con la misma tijera, la impunidad es común denominador, al igual que obstrucción de la justicia, negligencia, incapacidad y falta de empatía con el dolor.

Los cuerpos hablan, le han dicho los peritos independientes. Por eso apuestan por la exhumación.

“Mi hija está sepultada en un panteón de la CDMX, y ya la fiscalía de acá está dispuesta a coadyuvar en el proceso. Nosotros tendremos que certificar el lugar y féretro en el cual fue sepultada, identificar que se trata de su cuerpo, de la ropa con la cual fue sepultada. Será muy difícil, pero aquella noche, hincados frente a ella, le prometimos que le haríamos justicia. Y vamos a cumplir, no importa el tiempo que lleve, espero que la vida nos dé”…