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El Tren Maya absorbe gran parte del fondo climático de México

Aunque el presupuesto total para acciones climáticas aumentó en 12.5%, gran parte se destinará a la infraestructura del tren, lo que ha generado controversia debido a su impacto ambiental

Controversia ambiental

Un total de mil 808 pasajeros internacionales han utilizado el Tren Maya desde su inahguraciòn/CUARTOSCURO/

Más de la mitad de los recursos destinados a la mitigación y adaptación al cambio climático se invertirán en el proyecto del Tren Maya

Cuarto OscuroMichael Balam Chan

El cambio climático representa uno de los mayores desafíos globales, y México, un país altamente vulnerable a sus efectos, ha adoptado compromisos internacionales para reducir sus emisiones y adaptarse a las nuevas realidades ambientales. Sin embargo, el reciente informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), realizado con el apoyo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), revela una sorprendente realidad: gran parte del presupuesto destinado a combatir el cambio climático en 2024 será absorbido por el controversial proyecto del Tren Maya.

Un presupuesto climático para la infraestructura

En el análisis del presupuesto federal para 2023-2024, titulado "Presupuesto 2023-2024: Transición Energética y Cambio Climático", los expertos del CIEP revelan que el anexo dedicado a los recursos para la mitigación y adaptación al cambio climático en 2024 asciende a 233,961 millones de pesos, un aumento del 12.5% respecto al año anterior. No obstante, el informe destaca que más de la mitad de estos recursos serán destinados al proyecto insignia del Tren Maya, el cual ha generado controversia tanto por su impacto ambiental como por la desviación de recursos originalmente destinados a la lucha contra el cambio climático.

El Tren Maya, un megaproyecto de infraestructura de transporte, ha sido criticado por el daño ambiental que podría causar en ecosistemas sensibles del sureste mexicano, incluida la deforestación y la afectación a comunidades indígenas. Sin embargo, en 2024, se destinarán 125,937 millones de pesos del presupuesto climático a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la cual ahora es responsable del proyecto tras la transferencia del mismo desde Fonatur. Esta asignación incluye partidas tanto para la construcción de infraestructura como para la operación del transporte masivo de personas y carga.

Un proyecto con dudas ambientales

El informe del CIEP subraya las contradicciones en la asignación de recursos. Mientras que el presupuesto global para acciones climáticas ha crecido, el destino de estos recursos no parece alinearse con los objetivos de adaptación y mitigación al cambio climático. El Programa Especial de Cambio Climático (PECC) y la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios buscan promover la descarbonización de la economía y la resiliencia frente al cambio climático, pero la gran cantidad de recursos destinados al Tren Maya genera cuestionamientos sobre si realmente se están priorizando acciones climáticas efectivas.

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Si bien el Tren Maya promete beneficios económicos y sociales al conectar regiones marginadas del sur del país, su impacto en la biodiversidad y las emisiones generadas durante su construcción contrastan con los objetivos de reducción de emisiones que México ha comprometido a nivel internacional. El país se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 30% para 2030, pero los proyectos de infraestructura como el Tren Maya pueden comprometer estos esfuerzos, según el CIEP.

Oportunidades perdidas

El documento también señala que, del total de recursos asignados a la lucha contra el cambio climático, una parte considerable podría haberse destinado a proyectos más directamente relacionados con la transición energética y la adaptación climática. En lugar de financiar iniciativas que promuevan la adopción de energías limpias, la eficiencia energética o la restauración de ecosistemas, el gobierno ha optado por canalizar estos recursos a un proyecto de infraestructura que, aunque relevante en términos económicos y sociales, no parece estar alineado con las prioridades climáticas del país.

El Informe del IPCC (2023) ya ha advertido que el aumento global de temperaturas, vinculado a las actividades humanas, representa una amenaza crítica para los ecosistemas y la vida humana. En este contexto, la capacidad de México para mitigar y adaptarse a estos cambios dependerá de una asignación adecuada y eficaz de los recursos públicos. La asignación al Tren Maya, en lugar de a proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático, refleja una oportunidad perdida para avanzar en la transición hacia una economía más verde y resiliente.

Los expertos del CIEP advierten que, si bien el presupuesto federal contempla más recursos para acciones relacionadas con el cambio climático, la falta de claridad en su distribución y la desviación de estos recursos hacia el Tren Maya podrían comprometer los esfuerzos para enfrentar de manera efectiva el cambio climático. Además, señalan que otros sectores clave, como la generación de energía limpia, han recibido menos recursos en comparación con el sector de infraestructura, lo que podría limitar el impacto de las acciones climáticas.

En 2024, el Tren Maya recibirá más recursos que cualquier otro proyecto vinculado a la mitigación del cambio climático, lo que plantea serias preguntas sobre las prioridades del gobierno mexicano en esta materia. A pesar de los compromisos internacionales, el país parece estar desviando parte significativa de su presupuesto climático hacia un proyecto con efectos ambientales inciertos.

El informe del CIEP concluye que, para cumplir con sus objetivos climáticos, México debe reevaluar la forma en que se están asignando los recursos, priorizando proyectos que realmente contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático, en lugar de financiar megaproyectos que podrían tener efectos negativos a largo plazo.