Entre falta de incentivos, educación limitada, prioridad a servicios domésticos e hijos, en México hay más de 10 millones de personas que, a pesar de estar en edad de trabajar y tener potencial para hacerlo, no se encuentran ocupadas y no aportan su talento a la economía.
Este grupo incluye a 2 millones de personas desocupadas, 2.6 millones de personas que no participan en la economía por encontrarse en un contexto que se los impide, y 5.8 millones de personas disponibles para trabajar pero que no participan en la economía por falta de incentivos.
De acuerdo a un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Coparmex, la mayoría de las personas que no participan en el mercado laboral, pero tienen disponibilidad para hacerlo, son mujeres se dedican a los quehaceres domésticos, quienes consideran que sus posibilidades de encontrar un empleo son bajas.
Además, 30% de la Población No Económicamente Activa Disponible tiene, como mínimo, estudios de preparatoria terminados. El nivel educativo de esta población puede ser un factor para explicar la percepción de bajas posibilidades de encontrar empleo.
La investigación “Las vacantes no cubiertas en el mercado laboral de México” evidencia que quienes renunciaron a su empleo anterior señalaron dentro de sus razones el deseo de recibir una remuneración mayor, así como un deterioro en las condiciones de trabajo.
Expone que más del 80% de las personas con interés en trabajar, están en un contexto que les impide participar en la economía, porque son mujeres con hijos.
De hecho establece que la mayor parte de la población que no participa en el mercado laboral está compuesta de mujeres que destinan su tiempo a quehaceres domésticos y consideran que las posibilidades de encontrar un empleo son bajas.
El análisis deja clara la importancia de indicadores como el nivel de salarios, el rezago educativo, la flexibilidad o el acceso a apoyos para el cuidado infantil para entender la situación actual del mercado laboral.
Sin embargo, también subraya la necesidad de recopilar más información sobre las decisiones de las personas con disponibilidad e interés en trabajar pero que no participan activamente en la economía.
Detalla que el ofrecer empleos que cumplan con las necesidades de los trabajadores y las trabajadoras es fundamental para formar una economía más competitiva, con la capacidad de atraer y retener talento que garantice que los puestos necesarios para el funcionamiento adecuado del sector productivo sean cubiertos.
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