Este 2025, el Gobierno de México ha presentado el Plan Anual de Financiamiento (PAF 2025), que establece las estrategias y acciones para manejar la deuda pública y financiar proyectos importantes en el país. En el corazón de este plan se encuentra el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN), que seguirá siendo un actor clave en el financiamiento de proyectos de infraestructura con alto impacto social.
El PAF 2025 se enfoca principalmente en obtener financiamiento dentro del país mediante instrumentos de deuda a tasa fija, con la intención de reducir la dependencia de los mercados externos. Aunque el financiamiento externo no se descarta, solo se usará cuando las condiciones sean favorables. Este enfoque tiene como objetivo asegurar la sostenibilidad de la deuda, garantizando que el país no asuma riesgos innecesarios.
Una de las prioridades del gobierno será mantener el equilibrio entre la deuda pública y el Producto Interno Bruto (PIB), lo que se traduce en un manejo más controlado de los recursos. Para lograr esto, se buscará que el FONADIN impulse proyectos de infraestructura, pero en su mayoría aquellos con una rentabilidad social clara en sectores clave como la energía y el transporte.
Por otro lado, el gobierno también tiene su estrategia para manejar la deuda a través de las subastas de valores gubernamentales, un mecanismo clave para obtener financiamiento. Para el primer trimestre de 2025, se han anunciado algunos ajustes en las subastas de CETES, Bondes F y BONOS M. Por ejemplo, los CETES de 28, 91 y 182 días seguirán siendo subastados todas las semanas, pero los Bondes F tendrán una disminución en los montos ofrecidos en ciertos plazos.
En el caso de los BONOS M, se incrementará el monto en los plazos de 3 y 5 años, mientras que se reducirá en los de 10 y 30 años. Estas decisiones buscan optimizar el perfil de vencimiento de la deuda y garantizar que el financiamiento se ajuste a las necesidades del gobierno, sin que se generen costos adicionales innecesarios.
A lo largo de este proceso, el Gobierno de México buscará mantener una comunicación constante con inversionistas y agencias calificadoras, lo que también permitirá dar transparencia sobre las decisiones que se tomen respecto al financiamiento público. El objetivo es lograr que los mercados tengan una visión clara de las políticas de deuda, lo que podría generar mayor confianza en las estrategias del gobierno.
En resumen, el PAF 2025 refleja una estrategia que combina la sostenibilidad fiscal con la necesidad de seguir financiando proyectos clave en infraestructura, mientras se mantiene una estructura de deuda más controlada y manejable. Aunque el impacto de estas medidas dependerá de diversos factores externos, el enfoque del gobierno parece estar orientado a un manejo prudente de las finanzas públicas.