En industrias clave para la reorganización de las cadenas productivas había esperanzas en que las amenazas de aranceles estadounidenses no se concretaran. La industria automotriz, por ejemplo, esperaba que las ordenanzas ejecutivas no se firmaran o, de alguna manera, se consideraran excepciones para las autopartes.
Ni una cosa ni otra. Los autos armados en Norteamérica están bajo amenaza directa, dentro de tres semanas, de elevar abruptamente su costo en 2 mil dólares debidos a las cargas impositivas extraordinarias ordenadas por el presidente Trump.
Las medidas proteccionistas -y el discurso que las acompaña- golpean directamente la reorganización de las cadenas productivas y las bases del Tratado Comercial entre México, EU y Canadá.
Los aranceles de hasta 25 por ciento a productos mexicanos ponen en entredicho la reubicación en México de industrias que abastecen de bienes intermedios a industrias ubicadas en la Unión Americana. Las bases mismas del T-MEC se ven afectadas de fondo por medidas que son claramente proteccionistas y que apuntan hacia el aislacionismo que parecía erradicado en EU.
Pero el impacto de Trump al orden económico mundial no se detiene allí. Por ejemplo, el acuerdo de Paris, promotor de la transición hacia los autos eléctricos, se ve ante un futuro incierto en el que la postura de Trump parece ser ambivalente. Elon Musk, un verdadero Rasputín para el cuatrienio que se abre este lunes, tiene intereses más que profundos en China; Tesla, su empresa, tiene en territorio chino un trato preferencial para construir autos eléctricos y, a la par, para vender “bonos ecológicos” a las empresas automotrices occidentales que no pueden cumplir con los acuerdos ecológicos de reconversión.
Musk tiene problemas actualmente con la competencia de empresas chinas que han aprendido de Tesla los modelos de ejecución industrial (la famosa capacidad asiática de copiar y mejorar), así que los siguientes movimientos del empresario respecto a China son difíciles de prever.
Su apadrinado, Trump, mantiene su discurso de “Primero América”, pero su actitud hacia el gigante asiático se muestra poco clara. Una guerra comercial en forma, como la que promovía Joe Biden, no parece tan factible ya. Por el contrario, muy al estilo Trump, la posibilidad de que los gigantes se pongan de acuerdo en una repartición del mundo se hace tangible.
¿Qué le toca a EU según Trump y qué le toca a China según Xi Jinping? Eso está por verse.
Para México, este panorama e incertidumbre, es previsible, golpeará al peso mexicano durante las horas hábiles de este martes. En mercados internacionales el efecto se hizo palpable.
Durante la mañana, el tema migratorio apuntaba a ser la mayor preocupación de México con la llegada de Trump. Lo económico se ha impuesto a esta visión durante la tarde.