El dilema del prisionero es un concepto clásico de la teoría de juegos que muestra cómo dos individuos, actuando racionalmente, pueden no cooperar (traicionar a su compañero), incluso si no es lo mejor para ambos. Imagina que dos prisioneros son arrestados por un crimen y se les ofrece un trato: si uno delata al otro, puede quedar libre, mientras que el otro recibirá una pena larga en prisión. Si ambos se delatan, ambos reciben una pena moderada. Sin embargo, si ambos permanecen en silencio, ambos recibirán una pena corta. El dilema radica en que, aunque la cooperación (no delatar) es la opción más beneficiosa para ambos, la desconfianza y el miedo a ser traicionado los lleva a optar por la traición.
En este escenario, cada prisionero tiene dos opciones: cooperar o traicionar. Si uno coopera y el otro traiciona, el que coopera recibe la pena más severa. Si ambos se traicionan, ambos terminan con una pena moderada. Lo racional para cada prisionero, si actúa solo en su interés, es traicionar al otro, porque, independientemente de lo que haga el otro, traicionar siempre da un resultado mejor o igual. Sin embargo, si ambos eligen traicionar, ambos acaban peor que si hubieran cooperado mutuamente.
El dilema ilustra cómo, en situaciones de interacción estratégica, las decisiones individuales racionales pueden llevar a un resultado colectivo subóptimo. Aunque la cooperación sería lo ideal para ambos prisioneros, la falta de confianza y la incertidumbre sobre la acción del otro conducen a una decisión de traicionar, resultando en un peor resultado para ambos. Este dilema tiene aplicaciones en muchos campos, como la economía, la política y la ética, donde los intereses individuales pueden chocar con el bien común.
En el siguiente cuadro se muestra como la situación actual del Gobierno de México ante la guerra comercial es muy similar al dilema del prisionero. En la guerra comercial que actualmente nos encontramos, si el Gobierno de EUA decide implementar aranceles a México y el Gobierno de México decide responder también con medidas arancelarias, los 2 países pierden mucho en actividad económica (PIB) y aumento de precios (inflación).

A diferencia del resultado óptimo del clásico Dilema del Prisionero (los 2 prisioneros deciden «no cooperar o traicionar a su compañero de robo») en esta situación el Gobierno de México siempre estará mejor buscando la «cooperación» con EUA (independientemente de las acciones del Gobierno de EUA) y en mi opinión, esto es lo que la Presidenta Sheinbaum ha estado haciendo con el Gobierno de Estados Unidos.