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Las atribuciones sustantivas, netamente técnicas, hubieran representado un reto incumplible para secretarías federales; Pepe Merino, de la oficina de innovación digital, está a cargo

IFT no podía ser sustituído por SICT ni Gobernación

La desaparición de órganos autónomos se pensó, en términos generales, bajo la lógica de no gastar en esas instancias y devolver atribuciones a las secretarías federales tradicionales. Así, la nueva Secretaría Anticorrupción deberá reemplazaral INAI. En este esquema, lo más que puede pasar es que si la Secretaría no cumple su deber de transparentar información pública, el ciudadano se quedará sin la información y ya. Un gran golpe para la buena gobernanza, pero nada más.

El caso del Instituto Federal de Telecomuniciaciones (IFT) no era igual, ya que se trata de la regulación técnica del uso de frecuencias de radio, de regular a los operadores de telefonía y de representar a México ante instancias internacionales para lograr acuerdos en torno a todas estas tecnologías estratégicas.

Ni remotamente la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte y mucho menos Gobernación tenían la menor oportunidad de hacerse cargo del monitoreo de frecuencias y la determinación del uso de frecuencias.

Quizás las secretarías federales hubieran podido entrar al tema de las medidas asimétricas, aquellas que IFT toma para evitar que un gran jugador domine todo el mercado (imagine a Telmex de Slim sin estas medidas: en poco tiempo eliminaría a la competencia), pero aún allí los funcionarios públicos tradicionales hubieran tenido muchos problemas.

El IFT también representaba a México en mesas técnicas en instancias internacionales, pasando por OCDE y Unesco, con quienes también se deben tomar acuerdos en el uso de las señales.

El tema es aún más enmarañado en las fronteras mexicanas, donde se debe conciliar con rediocomunicaciones guatemaltecas, beliceñas y estadunidenses.

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