
Vivimos una época de estímulos constantes que nos inducen a consumir. En televisión, redes sociales, publicidad callejera, anuncios impresos, entre muchos otros, nos intentan convencer de adquirir productos o servicios.
De ninguna manera significa que comprar sea malo, pero por supuesto que debemos ser capaces de manejar nuestras finanzas para ahorrar. Como los expertos de Moneyman señalan, debemos tener conocimientos suficientes para maximizar lo que hemos construido a lo largo de muchos años y poder disfrutarlo de la mejor forma posible.
Al administrar nuestro dinero, se nos abren las puertas de muchos gastos que no estarían a nuestro alcance si nuestra cartera vive en el desorden total. Conocer nuestros propios datos financieros y gestionarlos de forma sencilla, nos permite identificar aquellos gastos ineludibles de los que no lo son tanto.
La realidad es que vivimos en un mundo que nos invita constantemente a olvidar algo tan elemental como lo que hemos dicho, pero recordemos que comer, vestir, tener un lugar dónde vivir, son los gastos esenciales a lo que debemos sumar los derivados de divertirnos, convivir y muchos más. Lo demás, lo lo que no entra en ese esquema, debería estar a revisión; ¿alguna vez ha revisado los gastos del mes anterior para preguntarse si realmente debería haberlos hecho?
Además de que mejorar nuestro comportamiento en las compras nos permitirá ahorrar, hay otro beneficio que no siempre es visible para todos: una persona de gastos ordenados es candidata ideal para recibir préstamos personales ya que estará en posibilidades de cumplir con las obligaciones derivadas del mismo.
En efecto, el préstamo es una herramienta de las finanzas personales que no debemos satanizar, pues puede implicar que, mediante réditos, logremos hacer una compra o adquisición por la que deberíamos esperar si sólo usamos nuestros ingresos normales.
Hay casos en los que esto, además, implica un movimiento válido por lo que puede implicar para nuestros ingresos. Pongamos por caso la adquisición de un nuevo teléfono móvil de última generación por parte de un profesionista independiente. Si el celular es usado como un aditamento de lujo y ya, por supuesto que sólo es una compra. Pero si va a dar mayor efectividad al profesionista porque su labor puede ser desarrollada allí con ayuda de las apps indicadas; si será un activo que le ayude a mejorar su desempeño y conseguir clientes nuevos, entonces se trata de una inversión y el préstamo personal para adquirirlo deberá verse compensado con esas mejoras en el trabajo remunerado.
Nos hemos olvidado que ahorrar sería el primer paso para lograr el mismo objetivo, pero también es cierto que muchas veces quedemos cortos por poco y es allí donde debemos pensar en la combinación de recursos para que nuestro bienestar no se vea mermado.
Siendo muy responsables al momento de haber balances entre nuestros ingresos y egresos, debemos pensar por ejemplo que unas vacaciones soñadas estarán al alcance de nuestra mano, en la temporada adecuada, si se decide inyectar un préstamo a lo que hemos ahorrado por nuestra cuenta.
Como podemos ver, no hay bueno y malos absolutos en nuestras finanzas personales, pero siempre será bueno saber que ahorrar no debe impactar negativamente nuestro bienestar, así como tampoco debemos creer que un préstamo es una declaración de derrota para nuestras finanzas. No, ambas son herramientas valiosas a utilizar.
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