Cultura

Adolfo de la Huerta logró pacificar México en seis meses: Felipe Ávila

REPORTAJE. En 1920, explica el historiador, aún estaba la revolución de Francisco Villa en el norte, la rebelión de Emiliano Zapata en el sur, la rebelión de Félix Díaz —el sobrino de Porfirio— en el sureste, el ejército de Manuel Peláez en las Huastecas, la rebelión michoacana de José Inés Chávez y muchas rupturas dentro del constitucionalismo.

REPORTAJE. En 1920, explica el historiador, aún estaba la revolución de Francisco Villa en el norte, la rebelión de Emiliano Zapata en el sur, la rebelión de Félix Díaz —el sobrino de Porfirio— en el sureste, el ejército de Manuel Peláez en las Huastecas, la rebelión michoacana de José Inés Chávez y muchas rupturas dentro del constitucionalismo.

Adolfo de la Huerta logró pacificar México en seis meses: Felipe Ávila

Adolfo de la Huerta logró pacificar México en seis meses: Felipe Ávila

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Adolfo de la Huerta (1881-1955) fue el presidente de México que en seis meses logró pacificar al país después de la Revolución, fue quien generó la primera ley de amnistía y quien renegoció el pago de la deuda externa, señala Felipe Ávila, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), a propósito de los cien años del gobierno provisional de dicho exmandatario.

Para recordar la efeméride, el INEHRM realiza una exposición fotográfica virtual sobre la vida de Adolfo de la Huerta, y lanzó tres novedades editoriales: Adolfo de la Huerta y la Revolución Mexicana, Memorias de Don Adolfo de la Huerta. Según su propio dictado y Don Adolfo dice cómo cayó Cantú.

Felipe Ávila narra que el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta ocurrió del 1 de julio al 30 de noviembre de 1920, meses de intenso trabajo político.

“Fue un tiempo importante y decisivo para el desarrollo de México del siglo XX. Recordemos que Venustiano Carranza encabezó el movimiento triunfante de la Revolución; sin embargo, fue derrocado, no pudo concluir su mandato presidencial porque se opuso a que Álvaro Obregón fuera su sucesor. Hubo una ruptura en el grupo triunfador de la Revolución, además, de que era un grupo en guerra con buena parte de las facciones revolucionarias”, indica.

En 1920, añade el historiador, aún estaba la revolución de Francisco Villa en el norte, la rebelión de Emiliano Zapata en el sur, la rebelión de Félix Díaz —el sobrino de Porfirio— en el sureste, el ejército de Manuel Peláez en las Huastecas, la rebelión michoacana de José Inés Chávez y muchas rupturas dentro del constitucionalismo.

“De la Huerta tuvo la virtud de establecer negociaciones y acuerdos de paz con cada uno de esos grupos. En su gobierno, esas rebeliones se rindieron, firmaron la paz y acordaron condiciones para volver a la vida pacífica, incluso con los carrancistas que fueron enjuiciados por no evitar el asesinato de Carranza”, explica.

Ávila comenta que la negociación más importante que De la Huerta realizó fue pacificar a Francisco Villa, el gran enemigo de Carranza y Obregón.

“Villa se rindió, entregó las armas y aceptó las condiciones que le ofreció De la Huerta: convertirse en un hacendado. Le entregaron la Hacienda de Canutillo, Durango, pagaron un año el sueldo a sus soldados y le ofrecieron una escolta de 50 hombres para que le brindaran seguridad. Son condiciones muy favorables para Villa quien, desde entonces, se convirtió en un amigo muy cercano a Adolfo”, detalla.

Por ello, Ávila califica el gobierno De la Huerta como “seis meses intensos e importantes porque, finalmente, después de diez años de guerra civil, se lograron asentar las bases de una verdadera pacificación”.

Uno de los instrumentos que impulsó De la Huerta para lograr la pacificación de México fue la Ley de Amnistía.

“Fue la primera Ley de Amnistía de la época posrevolucionaria, ya con la Constitución, ya con leyes fundamentales que prohibían la pena de muerte. Fue una primera Ley de Amnistía que se dio en condiciones de pacificación, hubo anteriores leyes de amnistía en la Revolución, pero favorecieron a algunos grupos rebeldes, para que se les perdonara que estuvieran en armas o que hubieran cometido crímenes”, indica Felipe Ávila.

Después de dejar la presidencia, otro de los logros De la Huerta fue la negociación del pago de la deuda externa de México cuando se desempeñó como secretario de Hacienda bajo el gobierno de Álvaro Obregón.

“Cuando México salió de la Revolución era un país devastado, con una economía destruida, sin un sistema financiero sólido, en donde la mayoría de los bancos habían quebrado y un país que acumulaba la deuda externa que no había podido pagar por muchos decenios”, señala el director del INEHRM.

Felipe Ávila explica que esa deuda era impagable porque no existían los recursos suficientes.

“El gobierno De la Huerta y de Obregón fueron catalogados por Estados Unidos como gobiernos que provenían de un golpe militar y manchados de sangre por el asesinato de Carranza. De la Huerta fue nombrado secretario de Hacienda por Álvaro Obregón como una muestra de respaldo y confianza y una de sus primeras tareas fue logar una renegociación de la deuda”, platica.

El resultado, agrega Ávila, fue que “De la Huerta defendió los intereses nacionales, puso límites a la ambición y a las medidas exageradas de los países acreedores que buscaban tener su dinero lo más pronto posible con altas tasas de intereses; De la Huerta renegoció los plazos e intereses a favor del país”.

ALISTAN ACTIVIDADES EN RECUERDO DE LÁZARO CÁRDENAS. Felipe Ávila expresa que el INEHRM es un instituto de asesoría y consulta para el Gobierno Federal y gobiernos estatales, en específico, para la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos de México, que preside la Secretaría de Gobernación.

“Ha habido un trabajo de colaboración muy estrecho entre el INEHRM y Presidencia, particularmente con el área de Memoria Histórica. Memoria Histórica y nosotros formamos parte de la Comisión Presidencial para la Conmemoración”, indica.

Ávila adelanta que en los siguientes meses prepararán celebraciones que recuerden los 50 años de fallecimiento del expresidente Lázaro Cárdenas, sucedido un 19 de octubre.