Alumnos de UVM Tlalpan retoman clases en Coyoacán

La Universidad del Valle de México Campus Tlalpan se vio obligada a suspender clases debido que autoridades delegacionales y del Instituto de Vivienda (Invi) colocaron sellos de suspensión por no cumplir con las normas establecidas de Protección Civil.

Sin embargo, para que no se perdiera lo que falta del ciclo escolar, los alumnos fueron trasladados al Campus Coyoacán, para continuar con las clases establecidas.

Por otra parte, personal de la escuela comentó a Crónica que lo único que sabían era que posiblemente la suspensión de actividades se debió a la falta de seguridad en una construcción que se lleva a cabo dentro del plantel de la universidad.

“Adentro de la escuela en donde está la universidad comenzaron a hacer una construcción, yo creo que para más salones, y por lo que escuché, es que la delegación se agarró de ahí para venir a suspender”, comentó un empleado.

Las calles de la escuela se observan desiertas; las cinco puertas que rodean el plantel cuentan con uno o dos sellos de clausura, puestos en puntos específicos y estratégicos para que no sean violados con facilidad.

Los sellos de suspensión muestran el número de expediente TLP/DJ/SVR/VA-EM/0273/2017, el cual refiere los puntos que la escuela viola al no contar con las normas establecidas por Protección Civil de la Ciudad de México.

Algunos locales que se encuentran frente al Colegio contaron que la clausura no afectó demasiado a la administración, pues la mayoría de los alumnos ya se encuentran de vacaciones, por lo que aseguran que muchos de los jóvenes “ni se enterarán de lo sucedido”.

“Ellos ni se enteran de qué es lo que pasa, así como de la niña que se cayó del tercer piso. A nadie le importó y nadie sabía nada según ellos”, comentó una mujer, quien cuenta con una tienda.

Algunos otros vecinos comentaron que seguramente la suspensión se debió a que los jóvenes venden y consumen drogas dentro del plantel, pues desde que se dio la noticia de Liliana Carolina Ricalde, la joven que falleció después de caer del tercer piso del mismo plantel —en noviembre del año pasado— las autoridades de la escuela han perdido el control de lo que hacen los jóvenes.

“Sólo los directores o maestros sabrán la verdad, pero lo que sí es que la escuela necesita ser observada para que no pasen cosas como la de la niña que se murió”, comentó uno de los vecinos.