
El Alzheimer es el tipo de demencia más común a nivel mundial. Se entiende por demencia la alteración en las funciones cognitivas (como son la memoria, atención, capacidad para entender conceptos complejos, etc.) que se acompaña de la pérdida de la habilidad del autocuidado (bañarse, vestirse, comer, etc.).
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por una pérdida acelerada y progresiva de neuronas, principalmente en las áreas de la corteza cerebral dedicadas a la formación de recuerdos y la realización de tareas complejas de varios pasos.
“En los últimos años se han duplicado los casos de Alzheimer. Se estima que en nuestro país existen 800.000 personas con diagnóstico de demencia, y de ellas, el 70% corresponden al Alzheimer. En estas cifras no se contemplan los casos de deterioro cognitivo (problemas de memoria, concentración y abstracción) que, probablemente, no han sido diagnosticados como demencia porque no han recibido la atención necesaria”, comenta el Dr. Miguel A. Valle, médico general especialista en Neurología de Doctoralia, la plataforma líder mundial que conecta profesionales de la salud con pacientes, transformando y mejorando la relación entre ellos.
El Dr. Valle también menciona: “Se ha encontrado una fuerte asociación entre la demencia y los factores de riesgo cardiovascular, como son: diabetes, presión alta, obesidad y enfermedad renal. En cualquier caso, se recomienda una dieta equilibrada y realizar ejercicio rutinariamente como medidas preventivas. Existen, además, diversos estudios donde se sugieren ya algunos tratamientos para prevenir la demencia con resultados muy alentadores”.
El síntoma más común, y por lo general el inicial, es la pérdida de memoria a corto plazo, es decir, la incapacidad de recordar hechos recientes. Es muy importante considerar que el Alzheimer no es la única causa de problemas de memoria, pues existen muchas otras enfermedades que lo pueden provocar. Lo más prudente es que, ante esta situación, se consulte a un especialista para descartar otras posibilidades antes de asegurar que se trata de Alzheimer.
Con la progresión de la enfermedad aparecen otros síntomas y cambios de conducta, como desorientación en el espacio, desinhibición, actitud violenta hacia las personas conocidas o incluso depresión. Las alucinaciones, así como la pérdida de la habilidad para realizar tareas complejas, son síntomas que ocurren en estadios más tardíos de la enfermedad. Finalmente, se desarrollada una pérdida de la autonomía y una dependencia absoluta por parte del cuidador hasta el último momento.
El Dr. Valle nos comparte algunas recomendaciones para afrontar esta enfermedad, tanto para el paciente como para los familiares:
El Dr. Valle añade que “en la etapa inicial de la enfermedad es frustrante para el paciente observar cómo la enfermedad progresa y deteriora sus capacidades mentales, así como su autonomía. Se requiere, por tanto, de todo el apoyo por parte de familiares y cuidadores (principalmente de paciencia), ya que es frecuente que las personas con este padecimiento tengan problemas para realizar algunas tareas, incluso aquellas que parezcan sencillas, para comprender frases o palabras durante una conversación y, por supuesto, para recordar hechos relativamente recientes". Y, agrega: “Todas estas situaciones pueden provocar que el cuidador o familiar pierda la paciencia fácilmente, pero éste debe mostrar una actitud tranquila y no molestarse cuando el enfermo le pregunte repetidamente, por ejemplo, en qué lugar se encuentran o si ya han comido”.
En fases avanzadas del Alzheimer aparece un fenómeno que se conoce como “anosognosia”, que se refiere a la incapacidad de reconocer que se tiene un problema, lo cual hasta cierto punto es bueno (ya que el enfermo cree que no tiene ninguna enfermedad y siempre se ve feliz); es el cuidador, en cambio, quien se encuentra más agobiado por la situación.
La calidad de vida de los pacientes con Alzheimer se ve especialmente afectada por la pérdida de autonomía y la angustiante pérdida progresiva de habilidades como la memoria, la orientación y la abstracción. Los más afectados en este sentido son, sin embargo, los familiares, ya que ellos sufren más al observar cómo su ser querido se deteriora de forma progresiva hasta el grado de no reconocerlos.
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