Nacional

Amor de madre

La felicidad es una actitud valerosa y personal ante la vida. Es fundamental decidir ser feliz, incluso a pesar del dolor

Amor de madre

Amor de madre

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Empezaré por decirte que el mayor orgullo y bendición para los padres, es ver crecer a sus hijos sanos, de mente y cuerpo. Pero para mí, haber ayudado a desarrollar tu alma hacia el camino del bien es lo que me produce mayor felicidad.

Para mí ser madre ha sido la mayor bendición de mi vida. Me ha enseñado cómo puede amarse a alguien más que a uno mismo, me ha enseñado a ver mis defectos de cerca y a tratar de superarlos para que tú no los repitas. Me ha enseñado a exponerme al dolor profundo del amor verdadero y a la incertidumbre del futuro. Ser madre me ha enseñado a ser un mejor ser humano.

Hijo mío, hoy que has crecido, sigues siendo mi corazón, mi alma, mi inspiración, mi fuerza, mi esperanza y mi fe en el amor.

Hijo, tú ya conoces la alegría y la felicidad, la llevas debajo de tu piel, la absorbiste durante toda tu infancia y juventud, nadie necesita hacer fiestas a tu alrededor o en tu honor para que tú te sientas feliz. Tú ya sabes que la felicidad sí existe, y es y será tu opción en la vida, el decidir a favor de ella.

Te recuerdo que para ser feliz, hay que ser ser propositivo y positivo siempre, tratar de desarrollar más tus virtudes y corregir tus defectos sabiendo que la felicidad no es algo lejano y futurista, sino que la felicidad sólo puede existir en el presente, por lo tanto tiene que ir ligada a tus actividades diarias, a tus sueños e ilusiones de hoy, es decir, integrarla en tu vida cotidiana, porque cuando uno es feliz, transmite a los demás felicidad, haciéndoles recapacitar en como están conduciendo su vida.

La felicidad es una actitud valerosa y personal ante la vida. Es fundamental decidir ser feliz, incluso a pesar del dolor, de la enfermedad o de los grandes desafíos que nos plantea la vida, aceptando nuestras responsabilidades sin trasladar la culpa a nuestros semejantes.

Tener plena conciencia de lo privilegiados que somos en relación a muchas otras personas y, que si bien ambicionamos más, también debemos agradecer siempre lo que ya tenemos. Esto no implica ser irresponsable, sino todo lo contrario, es vital responsabilizarse de no dañar nunca a los demás.

Ser feliz no debe ser una meta en la vida, sino la forma de cómo recorrer el camino. Ve detrás de tus sueños, pero tómalo con calma, para que cuando los obtengas te des el tiempo para deleitarte en ellos.

Asume que todos tenemos derecho a la abundancia, a salud, dinero, amistades, y a todos los dones que existen en el universo. Porque todo eso ya está aquí en la tierra, nuestra labor es simplemente trabajar para encontrarlo y acercarlo a nuestra vida.

Aquí dejo impresas estas líneas, para recordarte a ti amado hijo lo que he tratado de enseñarte en la vida. Ojalá te resulten útiles, pues esa sería mi mayor satisfacción y una sincera aportación hacia mis semejantes.