
El gobierno chino defendió su política de “mano dura” contra el narcotráfico después de que las autoridades judiciales ejecutaran ayer al colombiano Ismael Enrique Arciniegas Valencia, detenido en 2010 por transportar casi cuatro kilos de droga.
“Todos somos iguales ante la ley”, aseguró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, en una rueda de prensa en la que confirmó la ejecución del colombiano.
Arciniegas Valencia, de 74 años, fue ejecutado con una inyección letal en la provincia sureña de Cantón, donde estuvo preso desde hace siete años.
La cancillería colombiana expresó sus condolencias a través de Twitter y aseguró que “se luchó hasta el último minuto” por la vida del condenado.
El portavoz chino aseguró que las autoridades respetaron “los derechos e intereses legítimos” del preso colombiano “con base a la ley” y realizaron las gestiones necesarias para responder a las peticiones consulares.
No obstante, China rechazó conmutar la pena a muerte de Arciniegas Valencia a pesar de las solicitudes de súplica de Bogotá.
“Las autoridades judiciales chinas toman medidas muy duras contra este tipo de delitos (...) Se tratará por igual a cualquiera que incumpla la ley”, advirtió Geng Shuang.
“Esperamos que los ciudadanos extranjeros en China cumplan la legislación del país y no violen las leyes o participen en actividades criminales”, agregó.
“Tenemos el dato de China donde hay 163 detenidos por diferentes delitos, de los cuales 146 corresponden al delito de narcotráfico que es el 90 por ciento”, aseguró en rueda de prensa el director de Asuntos Consulares de la Cancillería colombiana, Javier Darío Higuera.
De los cinco condenados a pena de muerte, a tres les fue ratificada la sentencia y dos están en espera de la apelación.
Además hay otros 10 condenados a pena de muerte con suspensión de la pena por dos años, y 15 a cadena perpetua, agregó la información.
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