La Fundación de Agricultura Moderna (MAF, en sus siglas en inglés), ubicada en la localidad israelí de Ramat Gan, trabaja en un proyecto para producir carne in vitro sin necesidad de llevar a los animales al matadero para obtener el producto.
La empresa digital fuentelatina.org., informó en un comunicado que la fundación lanzó un proyecto basado en la carne de pollo, pues es una de las más populares en el planeta y se consume en todo tipo de culturas y latitudes.
“Cuando fuimos conscientes de que la carne cultivada en laboratorio podía ser una realidad, nos dimos cuenta de que ese es el camino para reducir el daño a los animales y al medio ambiente”, dijo la cofundadora de MAF, Shir Friedman.
“Al mismo tiempo que se avanza para cubrir las crecientes necesidades alimenticias del planeta”, añadió.
Lo que realizó esta organización es lanzar el primer estudio de viabilidad del mundo para analizar los costos y recursos necesarios para poner en el mercado pechugas de pollo de producción in vitro.
Friedman recordó que en la actualidad cerca de la mitad de la superficie del planeta tiene uso ganadero, un tercio del agua dulce disponible se utiliza para las cabañas de ganado y la mitad de las emisiones de gas de efecto invernadero provienen del transporte de las cabezas de ganado.
El impacto de la producción de carne sintética sería muy notable, ya que se necesitaría entre un siete y 45 por ciento menos de energía, 90 por ciento menos de agua y 99 por ciento menos de tierras agropecuarias.
Además, aseguró la especialista, se emitirían hasta 90 por ciento menos de gases contaminantes en el proceso.
“Si llegáramos a ser unos dos mil 500 millones de personas consumiendo solo carne in vitro, en 30 años habríamos recuperado todos los recursos que hasta ahora se destinan a la producción de carne en la cadena habitual”, afirmó.
Se espera que con esta innovación se cubra la creciente demanda de la comida en el mundo y además pueda ser una solución al creciente impacto medioambiental, que supone la cría de animales para el consumo humano.
No es la primera vez que se aborda esta cuestión, pues hace menos de un año el biólogo holandés Mark Post mostró al mundo la aplicación práctica de su investigación, en la que cocinó una hamburguesa de ternera hecha a partir de tejidos desarrollados en un laboratorio.
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