
La actriz mexicana Karina Gidi recuerda, en una conversación con Crónica, que unos días antes del rodaje de Los adioses, que se centra en la intimidad de la escritora Rosario Castellanos y su historia de amor con Ricardo Guerra, le preguntó a Daniel Giménez Cacho, “¿ya sabes cómo camina Ricardo?”, a lo que el actor le dijo que no; ella tampoco sabía cómo caminaba Rosario.
En los recuerdos de Gidi esa conversación, que tuvo lugar en una de las casas donde se rodó la cinta, destaca porque ambos se miraban en un espejo y estaban dejando de ser ellos para dar vida a personajes que ahora forman parte de la memoria histórica de México. Para ella, el papel de Rosario Castellanos fue de los más complejos que ha enfrentado, pero también, “un privilegio y un reto irresistible como actriz, porque es una mujer muy importante para las letras del siglo XX”, dijo.
“Un personaje entra por todos lados, para mí también entra por la voz. Lo demás es un proceso en soledad. Eso que ella piensa de una forma recurrente cuando está sola es algo que completa al personaje, es admirar su diálogo interno, el ver su hondura emocional y cómo se relaciona Rosario con ella misma”, explicó la actriz, para completar un poco del proceso que vivió en la apropiación del personaje.
La más reciente película de Natalia Beristáin, quien en el 2012 cautivó al país con su sensible relato sobre el alzhéimer en No quiero dormir sola, se desarrolla en la década de los cincuenta, cuando la sociedad estaba dominada por hombres. Rosario era una joven escritora que buscaba abrirse paso en un mundo muy complejo y poco explorado para las mujeres; su ideal feminista siempre estaba muy presente en cada una de sus obras, marcando una pauta para todas aquellas que querían una voz. Pero su romance con Ricardo Guerra mostró la fragilidad y contradicción en la que vivía.
“Es una cosa tan ridícula que cuando uno oye los discursos de Rosario Castellanos uno dice, ‘no puede ser que esto sea en los años 60 o 70’ y que estemos en el 2018 y tenga una vigencia similar. Sí es una película de época pero que hace un resorte de vuelta al presente, porque todavía en muchas cosas estamos ahí”, destacó Karina Gidi.
“Parece que estamos insistiendo en encontrar la forma de poder convivir con respeto, donde no solamente sigue habiendo una deuda muy grande con respecto a la violencia de género en el país, sino también en otro tipo de ser violentos sobre la equidad y el respeto. Ahora tenemos nuevo vocabulario para definir esas cosas y no hemos dejado de poner el dedo sobre el renglón”, agregó, a propósito del mensaje feminista de la cinta que llega en un momento en que el grito de igualdad es más fuerte que nunca.
“Quiero ser para usted, lo mejor que yo pueda, lo que más se aproxime a lo que usted quiera. Pero es necesario que usted me ayude, que usted me oriente. Porque si me abandona a mi intuición es probable que yo eche a perder todo”, escribió Rosario Castellanos desde Argentina a su amado Ricardo Guerra, en uno de los textos de la célebre escritora mexicana que se publicaron en el libro Cartas a Ricardo y que fueron fundamentales en el trabajo de investigación de Natalia Beristain.
“Le entramos a partir de su literatura, ella se auto diseccionaba en sus letras, fue muy generosa a la hora de entregarse, para ella no solo era una forma de expresión y de hacer arte sino una forma de sobrevivir a todo lo que le acontecía. Entonces su obra es muy vasta y autobiográfica y eso ayudó mucho al proceso de entendimiento de Rosario para encontrar una forma de encarnarla”, expresó la actriz.
“Hay determinantes culturales respecto a la época, debimos tener un cuidado estilístico y lo demás también fue imaginarla, porque hay cosas que pudimos alcanzar a ver en lo poquito que hay de su material en video pero no era mucho; no teníamos idea de cómo era su comportamiento en un espacio más íntimo y ahí fue confiar en nuestra intuición y yo asegurarme de que lo que yo me imaginaba iba por el camino que a Natalia le pareciera justo”, añadió.
Por otro lado, la actriz mencionó que, aunque hay cosas de la historia de Rosario Castellanos que no aparecen en la película, su figura no solo destaca por sus ideales feministas, “ella también pone sobre la mesa el tema de la desprotección a los indígenas y el maltrato que se les da”, comentó.
“Tenía un gran sentido del humor en relación con lo doméstico, todo lo que escribe acerca del misterio que le parece la cocina, el refrigerador y guisar en general, fue una maravilla. En su forma amorosa de ser poeta era admirable porque tenía una forma de entregarse a niveles inefables, había una especie de valoración de esa que podría dejar que el corazón rodara por las escaleras”, agregó.
Incluso, hubo cosas en el proceso de investigación que le resultaron impactantes: “Cuando yo la conocí como escritora y la admiré yo no sabía que había intentado suicidarse, eso no aparece en la película pero me desconcertó. Al conocer un poco más de su historia, cuando su hermano menor fallece, ella era una niña y sus papás lamentan que falleció su hermano y no ella, eso también fue muy sorprendente como persona y muy poderoso como actriz, si bien eso no aparece en la película, a mí me ayuda a redondear la complejidad de sus emociones”, dijo.
Finalmente, cabe destacar que este personaje le dio a Karina Gidi el Premio Ariel a la Mejor Actriz en la más reciente ceremonia. Antes había sido nominada por Demasiado amor (2001), Abel (2010) y La guerra de Manuela Jankovic (2014), “ya le tenía ganas”, dijo.
“Siempre es muy importante sentir que tu gremio te apoya. A mí no me llegó el amor de veinteañera, ni por una primera película, como les ocurre a algunos, yo ya no sé que signifique esa experiencia, a mí me llega después de una carrera bastante larga y por eso lo saboree mucho”, concluyó.
Pie de foto: La actriz explicó que la construcción de su personaje fue en su mayoría a través de su literatura y algunos videos en los que aparecía la escritora.
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