Opinión

¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy la ciudadanía?

¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy la ciudadanía?

¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy la ciudadanía?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Si tratáramos de que cada mexicano y cada mexicana respondiera a esta pregunta, sin duda, resultarían una variedad de temas que van desde la economía familiar y la nacional hasta aspectos más precisos como la calidad en la educación, el acceso a la salud, a la vivienda, a un trabajo digno, el cuidado del medio ambiente, acabar con la corrupción, entre muchos otros temas.

Algunas y algunos otros responderían que hace falta mayor justicia, una mejor democracia, mejores instituciones, gobernantes y funcionarios, mejores carreteras, seguridad y un ambiente social más armónico.

Finalmente, algunos y algunas otras más responderían que es necesario el fortalecimiento de la ciudadanía y una mayor participación de ella en los asuntos públicos, es sobre esta idea que quiero reflexionar en este espacio.

Una creencia muy extendida en nuestro país es aquélla, según la cual, se afirma que “la política no nos interesa a los mexicanos” o su contrario “la política es para los políticos”. De hecho, muchos de nosotros y nosotras hemos afirmado alguna vez: “yo no sé de política”, “la política no me interesa”, “yo no entiendo de política”, opiniones como esta hacen que la creencia de que la “política no nos interesa a los mexicanos” cobre forma y parezca algo verdadero, real, tangible.

En contrapartida, las ideas sobre el recelo que mantenemos con la política y los políticos, me recuerdan otra frase que escuché por mucho tiempo en políticos de nuestro gobierno cuando algún periodista les interrogaba sobre si habían “consultado a sus representados” antes de tomar una posición frente a una iniciativa de ley, por ejemplo, la laboral, solían responder con algo como : “ellos no saben de estos temas, por eso soy su representante, yo velo por sus intereses”, o bien “ mis representados no entienden de estos temas”; así unas y otras afirmaciones permiten hacer tangible en el discurso de gobernantes y gobernados, la creencia, según la cual “los mexicanos no se interesan en política”.

De los primeros es posible conocer sus declaraciones a través de los medios de comunicación en prensa, televisión, radio y en redes sociales, mientras que, en el caso de los segundos, es posible escuchar ese tipo de afirmaciones en las conversaciones cotidianas entre amigos, vecinos o familiares en el café, en el transporte público, en la calle.

Aun cuando tales ideas circulan con la fuerza de una convicción, en contraste, es más bien común reconocer que las ciudadanas y los ciudadanos conversen sobre lo que hacen, aunque quizás hablen mucho más de lo que no hacen los políticos y la política frente a las múltiples necesidades que imperan en la sociedad.

Así, las opiniones que se inconforman, que impugnan lo mismo una iniciativa de reforma o bien una declaración como las señaladas antes, dan cuenta de un sentido crítico, de un desacuerdo que no deberíamos minimizar, por el contrario, es importante reconocer en los desacuerdos, críticas y dudas sobre la actuación de las instituciones públicas y los políticos una expresión de una ciudadanía inconforme que sigue aspirando a la justicia social.

¿Cómo se relacionan la creencia de que el mexicano no se interesa en la política, documentado en diversos trabajos sobre el estado de la ciudadanía en México, con el animo colectivo de inconformidad, desacuerdo, insatisfacción con las instituciones, el gobierno y los políticos que flota en el ambiente social?

Para empezar, es necesario mencionar que la creencia, es el juicio a través del cual se ponen en relación dos proposiciones sin que su relación se encuentre plenamente verificada, de modo que se trata de una inferencia con cierto nivel de incertidumbre (Garzón, 2006).

Las creencias tienen su origen, en principio, en la necesidad que tienen las personas de ordenar sus experiencias cotidianas al enfrentar el mundo, sus circunstancias y época que viven, esta circunstancia los lleva a elaborar afirmaciones sobre la realidad, en ellas ponen en relación hechos determinados simplificando la información a la cual están expuestos día con día.

Por otro lado, las personas viven dentro de una sociedad y sistema social específico y en una época determinada, por ello, tienden a compartir las formas de ordenar y simplificar el mundo. Aquí observamos, por un lado, un mecanismo individual de resolución de problemas, y del otro lado, un mecanismo social de organización de la sociedad de origen social, cultural y político, el cual modela, influye de modo importante en el primero.

Así, la creencia de que a los mexicanos no les interesa la política y que no sabemos de política resulta, en un momento como el que se esta viviendo una tarea importante a atender. En efecto, es necesario que la ciudadanía este bien informada, frente a un escenario complejo, lleno de información donde la proliferación de noticias falsas aumenta.

Mantenerse informado es el camino para comprender que los mexicanos entienden de política, que siempre lo han hecho, es necesario modificar la percepción que en definitiva es errónea sobre su falta de comprensión de la política.

Hay diversos momentos en la historia del país que hacen evidente la capacidad reflexiva y participativa de los mexicanos, sin embargo, mientras se siga cultivando la idea de que la política no es de su interés, nos alejamos de la posibilidad de reconocer capacidades, esas que salen a flote cuando se conversa en familia, con amigos y conocidos y se manifiesta una valoración sobre la realidad que pone de manifiesto las necesidades existentes en casa, en el barrio, en el municipio, en el país.

Juana Juárez Romero*Dra. en Psicología social por la Universidad René Descartes en Francia y profesora-investigadora del Departamento de Sociología en la Licenciatura y Posgrado en Psicología Social de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.