En medio de la generalizada extrañeza por las extravagantes decisiones de este gobierno, hay algunas cuya naturaleza en torno a los asuntos forestales, sorprende y no muy gratamente.
Por una parte esa vocación sembradora y reforestadora, contenida en el programa “Sembrando vida” cuyo mejor aspecto es su nombre, porque para todo lo demás es un camelo inútil.
Pero si es inútil en México, ya en el afán exportable resulta, además de inservible, ridículo. Y cuando se le quiere convertir en argumento para impulsar la política migratoria de los Estados Unidos, pues es francamente hilarante. Por no decir ridículo como más adelante veremos.
“Sembrando vida” es un hermoso membrete casi tan sonoro y majestuoso como aquel otro --falso también--, de los “Jóvenes construyendo el futuro”, cuando todo se va en aprendizajes mal digeridos y peor dirigidos para cooptar a los ninis y meterlos en el saco de los promotores electorales.
Por otra parte, en el mismo asunto de los árboles y los bosques, la política dominante carece de una verdadera estrategia de combate contra el fuego anual cuya intensidad hoy es tan grande como nunca antes.
Frente a esa realidad aparece el simplismo presidencial, como acabamos de ver. Si hay un incendio, pues lo apagamos. Es María Antonieta vestida de bombero.
Frente a la circunstancia real de haber reducido los presupuestos para atención de emergencias, desastres y atención forestal, el presidente respondió hace un par de días:
“…Es que no se trata de crear plazas, ese es el concepto de antes, de que todo lo querían hacer gastando, contratando personal.
Nosotros lo que queremos es resolver los problemas.
Si se trata de un incendio, pues apagarlo.
“¿Cómo?
“Pues participando todos, habiendo una mejor coordinación.
Gastaban muchísimo en todo lo que era protección civil, bueno, y se robaban muchísimo dinero.
“En las declaratorias de emergencia, si había una inundación, si había un incendio, de inmediato había una declaratoria de emergencia porque había que entregar de dinero a veces a los estados, o los manejaba de manera directa Gobernación o la dependencia a la que le correspondía, y como era una emergencia no se licitaba, tenían ya proveedores preferidos, hasta medios de información eran proveedores...”
Pero no todo mundo comulga con ruedas de molino. El descabellado intento de endosarle a Estados Unidos el programa de la siembra de árboles a Centroamérica como fórmula de contención ante el fenómeno migratorio, el presidente de Estados Unidos, después de preguntarse si le estaban hablando en serio, respondió con una indeclinable sensatez:
“No way”
“(EFE).- Estados Unidos no está interesado en la propuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador de vincular una extensión del programa Sembrando Vida a Centroamérica con un plan que ofrezca visas de trabajo a centroamericanos, dijo hoy un alto funcionario estadounidense.
“De acuerdo a reportes de la prensa nacional, a tan sólo un día de albergar la Cumbre de Líderes por el Clima, la administración del Presidente estadounidense Joe Biden rechazó que el tema de una reforma migratoria en Estados Unidos pudiera ser abordado en vinculación a un plan de reforestación en Centroamérica como propuso López Obrador.
"Esta no es una conversación sobre migración sino una conversación sobre cambio climático", dijo un alto funcionario estadounidense al ser cuestionado directamente sobre la propuesta mexicana”.
Como se sabe el presidente quiso aprovechar la concurrencia virtual de una reunión sobe cambio climático,para “vender” sus progrfamas redentores en Centroamérica, los cuales además de ser románticos, falsos e imprácticos, resultan imposibles.
Y en cuanto a nuestra incapacidad para reducir incendios o eviyarlos, basta leer parte del documento denominado programa de manejo del fuego 20-24 cuya paternidad es de la Conafor y la Semarnat. Una joya:
“…El principal resultado que pretende alcanzar el presente documento es el de contribuir al cambio de paradigma, de la supresión al manejo del fuego, para ello, se ha establecido como objetivo general el “ Reducir el deterioro de los ecosistemas forestales ocasionado por la alteración en los regímenes del fuego”, para ello, se buscará fortalecer las coordinación interinstitucional, el uso del fuego prescrito, así como las demás actividades preventivas, tanto físicas, como culturales; el fomento a mejorar las tecnologías de monitoreo y la investigación aplicada, el incremento en la capacidad de respuesta a nivel país, así como evitar la presencia de incendios forestales dañinos…”
¿Usted entendió este papasal? Yo tampoco.
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