Opinión

El valor de la Historia

El valor de la Historia

El valor de la Historia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Uno de los mensajes a transmitir en esta columna es la importancia de conocer a profundidad la relación bilateral México-Estados Unidos, ya que la historia de ambos países y la historia en común, resultan fundamentales para aquellos que tienen la facultad y responsabilidad de tomar las decisiones concernientes al desarrollo de ambas sociedades y de la región.

Dicho esto, la invitación y visita de Donald Trump se consolida justamente como un ejemplo de esta máxima, y es que, desafortunadamente, nuestra historia nos demuestra que ésta no es la primera vez que personajes importantes del país se han acercado a Estados Unidos con objetivos similares, obteniendo resultados contraproducentes.

Uno de dichos sucesos históricos fue la entrevista de Porfirio Díaz con el periodista James Creelman, en 1907, que junto a otros factores, propició el inicio de la Revolución Mexicana. Entre sus objetivos, Díaz buscaba que, por medio de Creelman, se mejorara la imagen internacional de México como un país de progreso.Pero el resultado fue lo contrario.

Otra figura histórica importante que se acercó a Estados Unidos fue Francisco Villa, quien mantuvo una buena relación con la nación norteamericana, firmando incluso contratos para la filmación de sus batallas. Durante el conflicto con el gobierno de Venustiano Carranza, el gobierno estadunidense de Woodrow Wilson estaba a favor del villismo frente a las demás facciones revolucionarias; sin embargo, al final Estados Unidos terminó reconociendo al gobierno de Carranza.

Villa, entre otras acciones, tomó represalias atacando al pueblo de Columbus, Nuevo México, ocasionando la entrada de tropas estadunidenses a territorio mexicano en la conocida “expedición punitiva” del general John Pershing en 1916.

Contrario a esto, la historia también ofrece ejemplos de decisiones bien tomadas cuando se tiene un conocimiento amplio de la historia y de nuestro vecino del norte. A finales de la década de 1870, México enfrentaba un entorno adverso con Estados Unidos; el presidente estadunidense Rutherford Hayes, buscando impulsar su popularidad, proclamó una orden que autorizaba a las tropas cercanas a la frontera entrar a México para perseguir a bandidos y a grupos indígenas hostiles. Años después, el Congreso de este país buscó reformular la relación con su vecino del sur, a través de un paquete de medidas perjudiciales para México.

El gobierno mexicano reaccionó exitosamente con un intenso cabildeo y una campaña dirigida por Manuel de Zamacona y en la que participó Matías Romero, para influir en la opinión pública, resaltando la conveniencia de fortalecer las relaciones comerciales y crear intereses en común mediante la organización de conferencias, mítines y excursiones a México para empresarios y periodistas estadunidenses, logrando desprestigiar las medidas que se buscaban imponer.

Estos ejemplos, con consecuencias perjudiciales y benéficas, demuestran lo especial de la relación bilateral y la importancia de la toma de decisiones basadas no sólo en la conveniencia política del momento, sino en argumentos históricos que realmente propicien un buen entendimiento y fortalecimiento de la relación bilateral.

cpi@prodigy.net.mx