
El magno sector de la comunicación tiene una historia de grandes éxitos construida y cimentada por la iniciativa de hombres y mujeres visionarios que dieron forma a uno de los motores principales de la economía nacional. En este espacio, y como un homenaje a estas personas, recordaremos a dos grandes figuras que han sido y son pilar de la comunicación moderna y creadores de innumerables marcas, personajes y empresas.
La visión de cada individuo hizo de la publicidad una materia indispensable no sólo en materia económica nacional, es sin duda alguna, el motor que mueve las relaciones entre producción y consumo, pero con un toque definitivamente especial, y me refiero al “Creativo” que hoy día se complementa con el “Estratégico”.
La publicidad, ese vínculo informativo diferente, divertido, inteligente, y en ocasiones agresivo, pero siempre con la intención de satisfacer una necesidad, tomó forma décadas atrás bajo la visión de personajes dignos de reconocer, como en un primer momento lo hicimos con don Francisco Cárdenas, don Germán LeBatard y don Gunther Saupe, todos presentados en este mismo espacio y quienes en entrevista respondieron que no se consideraban constructores de un sector, sino más bien los herederos de éste al que contribuyeron con su trabajo en la consolidación de lo que efectivamente hoy es un gran motor económico.
Y si ellos han sido los herederos, entre muchos más, ¿quiénes son los profesionales que dieron vida y forma a esta gran maquinaria llamada comunicación y publicidad? Han sido varios a los que iremos recordando, pero definitivamente entre los pilares hay dos hombres que podríamos definir como “instituciones”: don Augusto Elías y don Eulalio Ferrer.
Don Augusto Elías: Fue en octubre de 1944 cuando abrió sus puertas una de las agencias más exitosas del sector publicitario en México y que llevaba el nombre de su fundador: Augusto Elías Publicidad, nombre que hoy es un ícono de profesionalismo, creatividad, integridad, respeto a la materia y a quien diversas marcas le otorgan su confianza a más de 70 años de ser extraordinariamente dirigida por el mismo hombre que le dio vida.
México apenas contaba con 25 millones de habitantes, una quinta parte de los cuales habitaba en la ciudad. Eran los años de gloria de la radio y la prensa ya que estaban muy limitadas las opciones mediáticas; sin embargo, esto no fue impedimento para aplicar creatividad y estrategia a estos medios que se convirtieron gracias a esa inventiva en los consentidos de las marcas.
El crecimiento de estos medios, y posteriormente de la televisión, se debe precisamente a este hombre visionario: Augusto Elías, muestra viviente de una generación de hombres fuertes, emprendedores y de ideas concretas, como lo fuera también su padre. Don Augusto Elías toma las riendas de la agencia con cuentas ya reconocidas como Philips, Revlon y Bacardí, la cual cuestionó la juventud de un directivo que mostró casta e inteligencia aguda.
Don Augusto Elías hoy en día es más que una agencia y un hombre, es en sí mismo una institución y referencia en el ámbito de los negocios y el éxito empresarial que destacan por su capacidad y su aguda sensibilidad para la investigación y diagnóstico de los mercados y los consumidores. Don Augusto es la Universidad, un formador de grandes profesionales que hoy en día enriquecen a nuestra industria. En una sola palabra, es un “Líder”, envuelto por la ética, la iniciativa, la inventiva, la determinación y el más elevado grado de responsabilidad, formalidad, seriedad e inteligencia que hacen de él, entre muchos valores más, el caballero más respetado del sector comunicación nacional.
Asimismo y nunca de menor importancia, don Eulalio Ferrer: Nacido en la ciudad de Santander, España, en 1920, hijo de un tipógrafo, corrector de un diario regional y militante socialista –Eulalio Ferrer Andrés, casado con Estrella Rodríguez. A los 19 años fue nombrado capitán del ejército de la República como reconocimiento a su trabajo de animador en las juventudes socialistas de Santander. Estos antecedentes le valieron ser recluido en Argelès-sur-Mer, no muy lejos de Perpiñán, donde tuvo una experiencia que sería decisiva para él al desarrollar su vocación literaria y cultural. En su libro de memorias Entre Alambradas (1987), ha contado cómo un soldado de tupida barba gritaba entre los prisioneros del campo: “Cambio tabaco por libro”. Se trataba de la edición del Quijote realizada por Saturnino Calleja en 1906.
Al llegar a México el 26 de julio de 1940, al término de la guerra civil española, Ferrer empieza a trabajar ese mismo año en la revista Mercurio, que más tarde dirigiría. Lustros después, en 1946, funda la agencia publicitaria Anuncios Modernos, que más tarde se llamará Publicidad Ferrer y que durante varias décadas sería una de las agencias de este giro más importante de México, con oficinas en Nueva York y en otras ciudades. Desde el foro televisivo y publicitario, creó, impulsó y auspició proyectos como “Charlas mexicanas”, “México lindo”, “Diálogos de la lengua”, “Encuentro” y, en el orden editorial, “Cuadernos de Comunicación”.
Don Eulalio era todo un caballero, un maestro en toda la extensión de la palabra, un hombre directo, culto, visionario y enamorado de la literatura, actividad que lo llevó también a ser brillante en materia publicitaria dado su amplio expecto y visión del comportamiento social, de la diversidad cultural y de las emociones que mueven a los mercados.
Don Quijote de la Mancha, es como también podemos definir la vida de don Eulalio, obra que él leyó de joven, y con la que solía reconocerse también, caminante y andante de experiencias y vida, destacando que dijo muchas veces, oralmente y por escrito, cuán importante fue para su formación la lectura. Don Eulalio Ferrer, que no ignoraba las conjugaciones de la gratitud, hizo de México su tierra, a la que con pasión amó e impulsó.
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