Toda la vida laboral de Alejandro fue en esta casa editorial, a la que llegó hace 20 años, siendo todavía estudiante de periodismo en la escuela Carlos Septién García. Se integró a la redacción en la sección de deportes, en ese entonces a cargo de Alejandro Velázquez, cubriendo al equipo de sus amores, el América.
El primer día que tuvo otra fuente, el Cruz Azul, le tocó una noticia bomba: el secuestro del entrenador Omar Romano. En su primera asignación en el extranjero, llevó consigo la buena suerte: en 2005, cubrió en Perú el Mundial sub-17, que resultaría en el primer campeonato de México. Poco después pasaría a la sección Ciudad, como reportero, coeditor y, desde 2014, como coordinador y responsable de la sección, a la que mejoró con su sensibilidad y conocimiento del pueblo capitalino.
Cedillo se hizo en Crónica y no tenía puesta la camiseta del periódico, sino tatuada. En distintas ocasiones, rechazó ofertas para trabajar en otro medio.
La convivencia sana y alegre con sus compañeros y amigos fue siempre parte de su vida.
En todo momento, mostró lealtad a toda prueba al proyecto de esta casa. Su disposición a colaborar siempre fue abierta. Era, además, un periodista honesto.
Alejandro era orgullosamente de Iztapalapa. De los Ocho Barrios, le gustaba precisar. Ahí vivió toda su vida. Conocía esa alcaldía al dedillo, como luego lo hizo con el resto de la ciudad. Católico, llegó a participar en la representación de Semana Santa, como soldado romano, y presumía que desde el balcón de su casa tenía una vista privilegiada de la procesión. Era un tipo popular e influyente en su barrio. Su casa estaba a menudo llena de visitas.
En el periódico se caracterizó por ser un buen compañero, de trato afable, dispuesto al trabajo colectivo. Entre los reporteros jóvenes se notaba la huella de su estilo; Cedillo contribuyó a la formación de varios de ellos. Su espíritu de equipo y su amor a la camiseta de Crónica lo convirtieron naturalmente en el organizador del equipo de futbol que participó en la Liga de Medios. También en la cancha organizaba al equipo, desde la media cancha, aunque no durara todo el partido, por su falta de condición física.
Su muerte, a los 40 años, nos ha sorprendido y entristecido. Deja a Iztel, su esposa, a Paula y Alec, sus hijos, así como a una gran familia, de sangre y laboral. A todos nos deja un vacío tan grande como su corazón, tan fuerte como su pasión por vivir.
Su amor a la camiseta de Crónica lo convirtió en el organizador del equipo de futbol que participó en la Liga de Medios.
El primer lugar en la categoría de Portal digital fue para Alejandro Cedillo Cano, de La Crónica de Hoy.
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