
El artista mexicano Fermín Revueltas (1901-1935) dominó tanto el dibujo como el grabado, el mural y el diseño. Ahora, la familia da a conocer un medio más: la fotografía. El pintor duranguense usó imágenes de hombres trabajando, maquinaria de la industrialización y vistas de horizontes que capturó con su cámara, para después convertirlas en bocetos o en elementos de sus obras, tales como Alegoría de la producción, Andamios exteriores y las portadas de la revista Crisol.
Crónica presenta información sobre parte del acervo fotográfico de la Colección Fermín Revueltas que tiene 573 documentos, entre negativos e impresiones en blanco y negro, en su mayoría inéditos, y que actualmente se resguarda —por petición de los herederos— en el Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“No es que con estas imágenes tengamos al Fermín Revueltas pintor y al Fermín Revueltas fotógrafo. Fermín Revueltas era un artista que tuvo control sobre distintos medios y uno de ellos fue la fotografía”, comenta en entrevista la artista y nieta del pintor, Coral Revueltas Valle.
Sobre la forma en que las fotografías que tomó su abuelo se conservaban antes de llegar a la UNAM, la nieta cuenta que siempre estuvieron presentes en su casa, en un álbum.
“Las fotografías siempre estuvieron ahí, las hojas de álbum siempre estuvieron ahí, en las cajas con negativos. Es muy curiosa la relación con Fermín Revueltas como abuelo porque es una presencia permanente pero no es una presencia de abuelo con el que jugamos, o con el que hay recuerdos de la infancia o de la juventud”, señala.
La presencia de Revueltas, añade Coral, es a través de las imágenes, de los cuadros que estaban en las paredes y el estar escuchando constantemente relatos de él. “Pero en casa siempre han estado sus cosas, sus cuadernos de apuntes, las hojas de los álbumes fotográficos”.
Sin embargo, la nieta considera que este acervo fotográfico no es familiar aunque en algunas imágenes aparezcan su abuela y su papá.
“Ellos son más como una referencia en la imagen, una referencia de escala, de proporción. La primera vez que vinimos a la UNAM dijimos que no era un archivo familiar sino un archivo de fotografías con las que Revueltas trabajó, eran sus materiales de trabajo que funcionaban en algunos casos para la referencia de construcción de otra imagen en otro medio”, precisa Coral.
“¿Cuántas imágenes hay en el archivo?”, se le pregunta a Ernesto Peñaloza, investigador de la UNAM y responsable de la preservación de la Colección Fermín Revueltas.
“Son 573 ítems y no decimos imágenes porque de la misma imagen puede estar su negativo y su copia, por ejemplo, hay casos que de una toma tenemos dos copias. Entonces contando la cantidad de negativos e impresiones son 573. De imágenes diferentes son alrededor de 282”, responde.
—¿En qué años fueron tomadas las fotografías?
—Podemos aproximarnos mucho a la fecha de la toma porque aparece el papá de Coral y Emilio, entonces ves el crecimiento del hijo que nació en 1923 y como no aparece de bebé, pensamos que Fermín Revueltas empezó a tomar fotos alrededor de 1926 y siguió haciéndolo hasta poco antes de morir.
“El aprendizaje porque observamos problemas técnicos en las fotografías: están fuera de foco, hay filtraciones de luz en la película... Pero hay que recordar que esa generación de artistas a la que perteneció Fermín, cuando se interesaban en una técnica no iban a una escuela a aprenderla, sino que ellos preguntaban y echando a perder aprendieron, incluso técnicas para hacer murales”, destaca.
Al poco tiempo, Revueltas mejoró su técnica y comenzó a usar las imágenes como auxiliar de sus obras. “Por el tamaño de los negativos, deduzco que compró una cámara mejor y la empezó a usar como herramienta auxiliar para su obra”, añade el investigador de la UNAM.
El tercer momento que observa Ernesto Peñaloza en las fotos del grabador que sólo vivió 34 años, aún es una intriga.
“Vemos un tercer recurso que es la fotografía como expresión artística. Es una mirada muy privilegiada porque en el contexto de la foto de ese momento, descubrimos una imagen con una estética que corresponde a la vanguardia fotográfica mexicana… Sin duda que Fermín estuviera vinculado al movimiento estridentista y por ende, que estuviera muy informado sobre lo más avanzado que se estaba haciendo el mundo en arte, lo refleja en algunas fotos que nos dejan maravillados”, precisa.
Por ejemplo, en dos fotografías Revueltas hizo una doble exposición y tiene otras imágenes con temas que diez años después plasmarían artistas como Manuel Álvarez Bravo.
“Fermín Revueltas se adelantó hasta 10 años en el tratamiento de temas que después los fotógrafos ya reconocidos retomarían, en particular hay una imagen de Álvarez Bravo de una mujer con un pescado, pero 10 años antes Fermín Revueltas hizo una composición de una mujer muy parecida. Ese hallazgo compositivo es de una visualidad extraordinaria”, detalla Peñaloza.
Cuando el público descubra el trabajo fotográfico de Revueltas y sepa de antemano que fue muy inquieto, que no sólo hizo mural sino también óleo, diseño gráfico, diseño editorial, viñetas, vitrales y acuarela, -agrega el experto- no les extrañará que Fermín haya dominado la fotografía, pero el material les maravillará.
—¿Qué cámara utilizó Fermín Revueltas?
—Son cámaras sencillas de las que compraban los aficionados. A finales del XIX empezó la innovación de cámaras instantáneas y luego Kodak fabricó cámaras que facilitaban las tomas, muchas otras empresas siguieron esa línea pero no quisiera aventurar a decir cuál usó.
El pintor también fue parte del programa de las Escuelas de Pintura al Aire Libre y de las Misiones Culturales, por lo que fue enviado a Tabasco en 1928, año en el que ya se le podía ver con cámara fotográfica en mano. Más tarde, realizó una de sus obras más conocida Alegoría de la producción para el Banco Nacional Hipotecario y cuando se unió al movimiento estridentista, incorporó elementos urbanos e industriales en sus obras.
“Desde mediados de los años 20 del siglo pasado, Fermín Revueltas salía con su cámara y gracias a la biografía que se ha reconstruido muy bien, sabemos que estuvo en Sonora, que viajó a lugares cercanos de la Ciudad de México, hay fotos de Puebla, Acolman, Milpa Alta… luego, con las misiones cultuales lo enviaron a Tabasco”, destaca Ernesto Peñaloza.
El investigador indica que por esas referencias pueden asegurar que las fotografías de Revueltas se relacionan con su obra. “Están sus obsesiones, sus intereses, su posicionamiento político que es muy de la época. Era una persona de izquierda, por eso le interesó la clase trabajadora, los campesinos, la industria, la modernidad, lo eléctrico, es un interés que viene del estridentismo”.
Al respecto, Emilio Revueltas Valle, nieto del artista duranguense, señala que el año pasado realizó un estudio para la revista Cuestión de diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en donde habla del paisaje que su abuelo plasmó tanto en obras como en fotografías.
“Es un estudio somero, sí hay imágenes que son evidentes que uno relaciona con los cuadros de mi abuelo. Con el tiempo empezamos a darnos cuenta que hay ciertas relaciones entre los bocetos y los cuadros terminados, pero cuando nos metemos a hacer una revisión de las fotografías, notamos que está la imagen como si fuera un apunte de la obra porque pasó de ser una foto a ser el boceto y luego, la obra terminada”, explica.
—¿Cómo cuáles?
—Por ejemplo, hay una serie de fotografías sobre los judas (hechos de cartonería) que luego aparece como elemento en una obra (La creación y el árbol de copal), también tenemos en el archivo una foto que está cuadriculada para sacar la escala de la imagen, también aparecen retratos de trabajadores...
Coral Revueltas, completa la idea diciendo que algunas fotografías son elementos de sus cuadros, murales o acuarelas, y otras son imágenes completas. “Yo veo las fotografías y me trae constantemente distintas referencias a las obras que conozco de Fermín Revueltas”.
Aunque en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, apenas realiza el estudio para identificar qué lugares están fotografiados, los nietos y el curador, pueden identificar entidades como Puebla y Hermosillo.
“Seguimos en el debate ya que hay varias imágenes que no tienen el reflejo en otra obra, hay unas en particular que son dobles exposiciones que sólo estaban haciendo los fotógrafos italianos futuristas pero que Revueltas con la habilidad técnica que tenía, empezó a jugar con la cámara y con estos recursos que hicieron las vanguardias europeas”, explica Peñaloza.
“Una vez que la familia se acercó al Instituto, como Universidad lo que hacemos es estabilizar la colección, es decir, asegurarnos de que esté en buenas condiciones para que el material dure muchísimos años”, indica Ernesto Peñaloza.
Para conservar el material, tuvieron que limpiarlo, asignarle un número para identificar cada ítem, colocarlo en guardas y cajas especiales y resguardarlo en condiciones ambientales y climáticas ideales.
“Paralelamente se digitalizó y ya con el número asignado, identificamos la imagen digital puesto que es lo que permite estudiar más en detalle y tratar de identificar lugares. Luego, la familia nos facilitó la parte documental que es el complemento a esta colección fotográfica, en donde hay recortes de periódico, papeles personales y en donde la investigación avanzará para esclarecer dudas”, precisa.
Una vez aseguradas las impresiones y negativos, la Colección Fermín Revueltas a través de los nietos y de la UNAM, iniciarán trabajos de difusión para divulgar la riqueza del acervo.
Fue un miembro de la Unión de Trabajadores Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores y adoptó las proposiciones estéticas del movimiento literario de los estridentistas. Participó en la primera etapa del muralismo, se unió al Partido Comunista Mexicano y formó parte del grupo ¡30-30!, donde realizó manifiestos, carteles y exhibiciones. También ilustró las cubiertas de la revista crítica Crisol. Murió a temprana edad, a los 34 años de edad.
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