Opinión

Integración horizontal

Integración horizontal

Integración horizontal

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hablar de integración en la frontera México-Estados Unidos conlleva la necesidad de considerar dos enfoques: el vertical y el horizontal, en función de la conexión existente entre los estados fronterizos. El primero suele ser más común de estudio desde la perspectiva de las ciudades gemelas y por el papel que juega el comercio bilateral al ser el cruce más importante de bienes, capitales y personas, que involucra un grado de dependencia de las ciudades fronterizas mexicanas hacia las estadunidenses tanto de la región, como del interior de su país por el peso de su economía nacional.

Pero ¿qué hay acerca de la integración horizontal entre los estados fronterizos? Si bien, vivir en la región ofrece cierto tipo de beneficios debido a su verticalidad, como menores costos y acceso a productos y mano de obra para ambos países, debemos preguntarnos si esta dinámica de consumo puede afectar a largo plazo el desarrollo de las ciudades fronterizas, en caso de dejar a un lado el fomento de otras actividades económicas y el intercambio con otros mercados.

Una alternativa para solucionar esto y fomentar el desarrollo nacional lo constituye la integración horizontal de la región fronteriza, que más allá de competir entre sí por el mercado estadounidense, pueda promover el intercambio dentro de la región integrando la frontera desde California hasta Texas, y desde Baja California hasta Tamaulipas, en ambos países.

Para lograr esto, se requiere de una visión que incluya ambos niveles: estado y ciudad, pues si bien es cierto que a nivel de los primeros se identifica una constante competencia y alcance desigual, las ciudades fungen como polos de desarrollo en la frontera desde diferentes perspectivas de intercambio y movilidad: demográfico, social, cultural, económico, comercial, por sólo mencionar algunos.

Este mismo modelo es viable para la integración horizontal en ambos lados de la frontera; debemos recordar que se trata de una región megadiversa, con amplias ventajas comparativas y competitivasy con una gran variedad de productos y servicios que podrían intercambiarse al interior de ambos países y entre los mismos estados fronterizos.

Lo que se requiere es el desarrollo de la infraestructura necesaria y el apoyo institucional que promueva la conectividad entre esos grandes polos de desarrollo. Del lado estadunidense ya existe un primer paso de conectividad ferroviaria a lo largo de la frontera gracias a la red deUnionPacific que conecta las principales ciudades, mientras que de lado mexicano, ya se tiene un primer intento de institucionalizarlo a través del Corredor Económico del Norte, que incluye los estados fronterizos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en donde se identifican por lo menos ocho polos de desarrollo en las ciudades de Chihuahua, Ciudad Juárez, Saltillo, Torreón, Monterrey, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.

Sólo aprovechando las ventajas de estos polos de desarrollo se podrá impulsar el desarrollo económico de la frontera, promover una mayor gama de actividades económicasy finalmente fortalecer una economía regional capaz de competir en mejores condiciones con otros mercados a nivel internacional

cpi@prodigy.net.mx