Opinión

Internet de las cosas

Internet de las cosas

Internet de las cosas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En días pasados se hicieron polémicos algunos comentarios emitidos en el último debate por la candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Purificación Carpinteyro, del Partido Nueva Alianza, sobre sus conocimientos del Big Data y el internet de las Cosas, lo cierto es que más allá de la trivialización de sus afirmaciones e incluso un sinnúmero de memes en las redes sociales, este último concepto tiene una gran relevancia y es de la mayor trascendencia conocerlo a fondo, por sus implicaciones y repercusiones en nuestra vida cotidiana.

De acuerdo con el Séptimo Estudio de Redes Sociales de Centroamérica y el Caribe elaborado por la firma de investigación de mercado Gartner, se estima que el Internet de las Cosas generará 300 mil millones de dólares en ingresos para el año 2020. Además, la cantidad de dispositivos conectados irá desde los 25,000 millones hasta más de 200,000 millones a nivel mundial. Estos datos pudieran no ser significativos si no sabemos ¿Qué es el Internet de las Cosas?

Internet de las cosas  conocido internacionalmente por su abreviación “IoT” es un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet. Es decir, es la conexión de internet con más “cosas u objetos” que personas. Este concepto fue propuesto por Kevin Ashton en el Auto-ID Center del MIT en 1999, donde se realizaban investigaciones en el campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías de sensores.

Por ejemplo si los automóviles, bicicletas, los libros, termostatos, refrigeradores, la paquetería, lámparas, botiquines, partes automotrices, entre otros estuvieran conectados a internet y equipados con dispositivos de identificación, no existirían, en teoría, artículos fuera de stock o medicinas caducadas. Podríamos saber exactamente la ubicación, cómo se consumen en el mundo; el extravío sería cosa del pasado y sabríamos qué está encendido o apagado en todo momento.

Hoy encontramos en el mercado con mayor frecuencia un porcentaje creciente de los dispositivos creados para el consumo. Algunos ejemplos de aplicaciones de consumo incluyen automóviles conectados, entretenimiento, automatización del hogar, tecnología vestible, salud conectada y electrodomésticos como lavadoras, secadoras, aspiradoras robóticas, purificadores de aire, hornos, refrigeradores que utilizan Wi-Fi para monitoreo remoto.

En materia de salud, existen dispositivos para el monitoreo remoto de pacientes y sistemas de notificación de emergencias.  Pueden variar desde monitores de presión sanguínea y control de pulsaciones hasta dispositivos capaces de monitorear implantes especializados, como marcapasos, pulseras electrónicas o audífonos sofisticados. Algunos hospitales comenzaron a utilizar camas “inteligentes” que detectan cuándo están ocupadas y cuándo un paciente intenta levantarse. También puede ajustarse automáticamente para asegurar que el paciente tenga un soporte adecuado sin interacción del personal de enfermería.

Esta hiperconexión está cambiando a pasos agigantados las formas de vida y de cómo nos relacionamos los seres humanos, y es aquí donde radica su importancia, porque el ámbito de aplicación no tiene límites: seguridad, transporte, arquitectura, salud, ámbito empresarial, gobierno, educación, inteligencia, aplicaciones de consumo, control de objetos, accesibilidad, etcétera.

La transformación digital es imparable y en la medida en que entendamos y le demos un uso eficiente, estaremos en condiciones de generar prosperidad. Sólo mediante el intercambio de ideas podremos emprender las mejores estrategias para poder dar un salto en el desarrollo de la población y de la economía. Necesitamos más debate y candidatos que estén a la vanguardia tecnológica y de las ideas.

Senadora de la RepúblicaMichoacán de Ocampo@RocioPinedaG