
Somos los seres humanos los únicos responsables de la destrucción de los hábitats naturales de nuestro planeta. Aún recuerdo las palabras del Secretario General de la Organización de las Nacionales Unidas, Antonio Guterres. “Sin un medio ambiente saludable, no podemos acabar con la pobreza ni fomentar la prosperidad. Todos tenemos una función en la protección de nuestro único hogar: podemos utilizar menos plástico, manejar menos, desperdiciar menos alimento y enseñarnos unos a otros a cuidarlo”.
Son nuestras acciones aquellas que lastiman día con día, los mares, la fauna, la flora y las especies, muchas de ellas en peligro de extinción; y por ende nuestra tierra.
Muy pocos damos importancia a lo excepcional que es nuestro país. Con una extensión de al menos 1.6 veces más que la superficie terrestre, es el único que tiene un mar exclusivo, el Golfo de California, mismo que alberga el mayor número de especies marinas, entre ellos la vaquita marina en peligro de extinción.
El Caribe lo compartimos con Belice, Guatemala y Honduras, el segundo sistema arrecifal más grande del mundo. De hecho, México se encuentra entre los cinco países llamados “megadiversos”, los cuales albergan en conjunto entre el 60 y 70 por ciento de la diversidad biológica conocida del planeta.
Es increíble cómo los seres humanos no tenemos conciencia para cuidar los recursos naturales y básicos para nuestra propia subsistencia. Hemos visto infinidad de campañas para el cuidado y ahorro del agua, de energía, la protección y cuidado de los animales, el utilizar menos el auto, la limpieza y protección de los océanos, entre muchas más acciones que apoyarían la conservación de nuestros glaseares y en sí a todo nuestro planeta Tierra. No obstante, dichas campañas no han dado resultado.
Y es que, a pesar de las acciones emprendidas por gobiernos, organismos de la sociedad civil e internacionales no hemos logrado concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de la prevención de nuestro medio ambiente y el respeto a nuestros recursos naturales.
Hace unos días conmemoramos el Día Internacional de la Biodiversidad, esencial para la seguridad alimentaria y nutricional de la humanidad. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de las 8 mil 800 razas de ganado conocidas, el 7 por ciento está extinto y el 24 en peligro de extinción.
En lo que corresponde al sector pesquero y acuícola, éste contribuye en la alimentación con alto valor nutricional, ocupando nuestro país el cuarto lugar en producción pesquera en América Latina y el número 16 a nivel mundial. Sin embargo, la pesca excesiva tiene consecuencias devastadoras en las comunidades de los océanos, puesto que desestabiliza la cadena alimentaria y destruye los hábitats naturales de numerosas especies acuáticas.
Hoy, ya padecemos las consecuencias del cambio climático; los cambios en las corrientes oceánicas, los aumentos del nivel del mar, la reducción de las capas polares, las tormentas y fenómenos climáticos atípicos, las sequías, las grandes temperaturas solares, los incendios, la falta de agua, la disminución de las presas, de ríos.
Pero si esto no fuera suficiente, el plástico es uno de los principales agentes contaminantes que han provocado serias afectaciones en los ecosistemas marinos y oceánicos, sufriendo pérdidas y degradación de sus hábitats. De acuerdo con el programa de Naciones Unidas, en el año 2050 habrá más plástico que peces en el mar, ya que anualmente llegan a los océanos entre 6.4 y 8 millones de toneladas de desechos plásticos, de ellos más de 135 mil millones de kilos son embaces, botellas y bolsas; afectando principalmente las especies marinas.
La biodiversidad es el componente fundamental de muchas de nuestras actividades económicas, en particular las relacionadas con la ganadería y la agricultura, la silvicultura y la pesca. Su pérdida sería una amenaza para el desarrollo humano.
Son varias acciones e instrumentos internacionales que el Estado mexicano ha impulsado y suscrito para el cuidado y conservación de la biodiversidad. El Acuerdo París sobre el cambio climático aprobado por 195 países en diciembre de 2015 y el cual enmarca la lucha mundial contra el calentamiento planetario.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible acordada por los 193 países miembros de la ONU, que aborda de manera transversal la protección y cuidado de la diversidad en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Vivimos una gran crisis en materia de biodiversidad, y es que a pesar de las acciones generadas por los gobiernos, organizaciones sociales e internacionales, académicos y expertos, los resultados han sido nulos. Solo con la suma de esfuerzos podremos hacerle frente para detener su destrucción; generando e impulsando acciones para su preservación, sobre todo haciendo conciencia del compromiso que tenemos todas y todos en el cuidado y respeto a nuestro planeta, sobre todo porque será nuestra niñez quien sufrirá las consecuencias de un mundo que poco a poco nos estamos acabando.
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .