
El Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) redactó un documento enviado al Senado el cual expresa su preocupación por los aspectos “críticos y delicados” sobre la iniciativa de ley de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, presentada por la senadora de Morena, Ana Lilia Rivera, con un enfoque específico en la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM).
La iniciativa reforma y deroga artículos de la Ley de Bioseguridad y otorga al Conacyt las facultades para desempeñar el trabajo realizado por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), entre otros.
El documento fue enviado a diversos senadores, así como a los miembros de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado, días después de que en la Cámara de Diputados se llevara a cabo el Conversatorio para el Análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, coordinado por la comisión correspondiente.
“La iniciativa pretende en una sola Ley regular lo que actualmente está contenido en las dos Leyes de Ciencia y Tecnología (aspectos sustantivos) y la Orgánica del Conacyt, sobre la organización y funcionamiento de este organismo descentralizado e incluye cambios sustantivos a varios elementos de la LBOGM, atribuyendo ahora al Conacyt funciones que no le corresponden con respecto a la legislación de organismos genéticamente modificados. Se presenta como una iniciativa de izquierda y revolucionaria, cuando para nosotros y varios más, en realidad es conservadora y retardatoria”.
El documento es firmado por los 12 miembros del comité de la AMC, entre ellos, Francisco Bolívar Zapata, Luis Herrera Estrella, Enrique Galindo, Agustín López-Mungía, Carlos Arias y Sergio Revah, ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes. Además de ser enviado a los miembros de la comisión correspondiente en el Senado y a su presidenta, Beatriz Paredes, se envió al senador Martí Batres, a los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado y en particular al senador Ricardo Monreal, a quienes también va dirigido el texto.
Entre los puntos que recalca el texto —que detalla los artículos y fracciones relevantes para el tema, así como consideraciones jurídicas sobre la garantía en la libertad de investigación—se encuentra el hecho “inaceptable y gravísimo”, que el principio de bioseguridad integral que se propone en la iniciativa “se pretenda aplicar a todas las actividades científicas y tecnológicas (incluyendo las matemáticas) que se desarrollan en el país, lo cual es retardatorio absurdo e inadecuado y no ocurre en ningún otro país”.
El cambio en la ley inhibiría fuertemente el desarrollo científico y tecnológico en México, apunta, por las dificultades burocráticas que implicaría someter todos los proyectos y propuestas a este principio precautorio de bioseguridad propuesto.
Añade que la Ley de Bioseguridad de organismos genéticamente modificados (transgénicos) y la Cibiogem deben prevalecer y que Conacyt debe ocupar el puesto de Secretario Ejecutivo de comisión, ya que la política en este aspecto debe ser de Estado y los organismos genéticamente modificados deben ser analizados y evaluados intersecretarialmente.
Ante los señalamientos realizados por el texto y “la gravedad de las propuestas en muchos aspectos y asuntos muchos graves, retardatorios e inaceptables, se recomienda al Senado que se deseche esta iniciativa de Ley y se busque la construcción de una nueva propuesta, tomando en cuenta las opiniones de todos los actores del sector”.
MIEDO A LOS TRANSGÉNICOS. Por otra parte, pero con motivo de la iniciativa de Ana Lilia Rivera, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), hicieron un llamado a las “autoridades y a la población a no tener miedo en el uso de estas tecnologías”.
José Luis Leyva, Secretario de Planeación del centro comentó que cuando se emplea el término transgénico parece dar mucho miedo, pero es un concepto importante para el desarrollo regional y de la seguridad alimentaria del país, porque se enfoca justamente en la parte agrícola.
“No deberíamos tener miedo a esa palabra. Si se necesita más información al respecto, los centros de investigación pueden ayudar con conocimiento científico para legislar correctamente”. En ese sentido, mencionó que el país debe utilizar a sus científicos y tecnólogos para esclarecer estos miedos.
En un comunicado, el Cinvestav refiere que el centro de investigación ya genera materiales con tolerancia a plagas y enfermedades de varios productos agrícolas, como es el caso de nuevas variedades de soya y de café que no son genéticamente modificados, y ya se pueden emplear en sistemas de productos mexicanos que tienen esas necesidades. “Como esos productos, se requiere diversificar más la oferta ante la demanda de solución de problemas particulares en todo el país”.
Beatriz Xoconostle, del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, dijo que pensando en la seguridad alimentaria deberíamos buscar alternativas que nos permitan mejorar la productividad. “Solamente el uso de desarrollos tecnológicos basados en ciencia sólida va a permitir abordar estos temas de manera seria, de otra forma nada más vamos a estar en retórica y no vamos a llegar a algún lado”.
Copyright © 2019 La Crónica de Hoy .