Opinión

La sombra del futuro

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La sombra del futuro

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A  prácticamente medio proceso de renegociación del TLCAN, en donde deberíamos tener posicionamientos definidos, propuestas claras y un amplio debate entre los actores, lo que prevalece es un ambiente ríspido, complejo  y de incertidumbre respecto a los temas coyunturales, así como de la misma continuación del tratado.

Aun cuando el proceso de negociación se está llevando a cabo a puerta cerrada y bajo el acuerdo confidencialidad pactado por los tres países, se aprecia una estrategia de amenaza por parte de los participantes formales, así como de otros actores que, aunado al contexto político interno de cada país, han influido directamente en el rumbo y la percepción del tratado: los presidentes de los tres países, los representantes de sus Ministerios de Relaciones Exteriores, secretarios, empresarios, cabilderos, políticos, así como los medios de comunicación.

Lo anterior ha generado incertidumbre acompañada de posturas contrapuestas respecto a los temas centrales: la Cláusula Sunset que obligaría a derogar el tratado cada cinco años, el capítulo 19 de reglamentación en caso de conflictos comerciales, el capítulo 11 que permite a las empresas e inversores recurrir directamente a los tribunales, la gestión de la oferta, las reglas de origen, el tema laboral, así como los mercados públicos, todo lo cual dificulta el proceso de negociación con base en un máximo beneficio y los menores costos para cada uno de ellos.

Aunado a la falta de consenso entre los grupos negociadores formales, el presidente estadounidense amenaza constantemente con poner fin al tratado, mientras que Canadá ha formulado un posicionamiento reservado, exponiendo constantemente la importancia de la relación con la nación norteamericana y dejando en claro que el problema del tratado no lo representa su país. Por su parte, México ha manifestado que le interesa mantener la relación comercial bajo el amparo del TLCAN, pero no se encuentra cerrado ante una posible salida del mismo, debido a las condiciones que se intentan imponer.

La agresiva retórica de EU y la negativa de Canadá y México a dar marcha atrás frente a varias de sus propuestas, forzaron a los tres países a extender las renegociaciones del acuerdo hasta el primer trimestre de 2018.

La ampliación del plazo de negociación da la oportunidad de que, en el mejor de los escenarios, este ambiente adverso pueda  tener un resultado positivo para los tres países, actualizando los términos del tratado con base en los objetivos, intereses, las ventajas comparativas y competitivas de cada uno de sus miembros, así como la sombra del futuro, ya que al ser socios naturales por la inherente vecindad geográfica y miembros activos de diferentes organizaciones internacionales con intereses comunes, habrá otros procesos de negociación en donde deberán confluir y tratar.

Finalmente, mientras los tres países no logren alcanzar el acuerdo y mantengan intereses y posturas contrapuestas, otras regiones tienen la oportunidad de aumentar su competitividad como las vías ferroviarias chinas que conectan diversas regiones económicas y que están posicionando al país asiático como uno de los más dinámicos, comercialmente hablando, a nivel internacional n

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