
A tan sólo unos días del terremoto que cimbró el centro del país, la característica humana y social por regresar a la normalidad, en la medida de lo posible, es una necesidad insoslayable. Para esto se requiere de una reincorporación emocional y psicológica en distintos niveles, en la cual buscan ayudar a sobreponer psicólogos brigadistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además de las brigadas de ayuda, acopio, ingenieros y arquitectos —estos últimos para verificar la estabilidad estructural de inmuebles posiblemente dañados—, también ha puesto en marcha un grupo de expertos de la salud mental para ayudar a quienes lo requieran y así disminuir su ansiedad y estrés provocados por los acontecimientos recientes.
Estas brigadas de ayuda psicológica de la UNAM han tenido gran respuesta de estudiantes, profesores y trabajadores, refiere Silvia Morales Chainé, coordinadora de Centros de Formación y Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología de la UNAM. “Se han armado brigadas al interior de la facultad, dentro de un trabajo interdisciplinario con la Facultad de Medicina y la Escuela Nacional de Trabajo Social, así como otros institutos que están colaborando”.
Mediante el apoyo de los especialistas se proporcionan primeros auxilios psicológicos, para ayudar a reintegrar el estado emocional y físico de las personas y así comiencen a recuperarse en lo individual y colectivo. “También estamos listos para apoyar al personal de salud que atiende hasta por tiempos completos, así como a los mismo rescatistas”.
Por fortuna, añade, han sido superados por la voluntad de apoyo y las brigadas recorren albergues y hospitales que requirieran apoyo, algunas se han quedado instaladas y han crecido, aunque en otros lugares la demanda no ha sido tan alta. Los especialistas brindan servicio en la Ciudad de México, en tanto que continúan los trabajos en Oaxaca y Chiapas, y ahora enviarán especialistas a Morelos y Puebla.
RESILIENCIA. Pero, ¿qué ocurre en la mente de los mexicanos en este momento? “No sólo en los mexicanos, sino en cualquier individuo ante no sólo una pérdida de la salud física o psicológica, sino además de la pérdida de necesidades básicas: comida, sustento, casa, seres queridos…”, dice Morales Chainé. “Todo esto impacta en la psique de las personas, son eventos difíciles de asimilar y más cuando llevamos una vida tan acelerada como en la Ciudad de México y otras ciudades, que son interrumpidas por un evento natural como el que acabamos de vivir”.
Adicionalmente, si bien los sismólogos y la directora del Servicio Sismológico Nacional, Xyoli Pérez Campos, han enfatizado que el sismo ocurrido el 19 de septiembre de 1985 no tiene relación alguna con el del pasado martes, la coincidencia es enfermiza para la población. “Es muy simbólico y genera una reactividad social muy fuerte, por lo que debemos considerar que es algo que pueden dañar nuestra cognición”.
La especialista universitaria añade que los primeros pasos que los individuos deben llevar a cabo para iniciar el proceso de normalización de su vida “implica ver qué recursos tenemos: hacer uso de nuestras habilidades sociales y capacidades, y comenzar a activaras para recuperar nuestra cotidianidad.
“Por otra parte, si tuvieron la desgracia de perder a un ser querido, deben saber que todos tenemos la posibilidad de recuperarnos, no debemos revictimizarnos, sino activarnos como seres humanos en la ayuda, primero de nosotros mismos y después de los demás”.
EMPATÍA Y ALTRUISMO. Entre los escombros de los edificios derrumbados y el desastre, el apoyo civil fue evidente, ya fuera removiendo escombros, donando o participando en centros de acopio y albergues, transportando, o buscando ayudar de otras formas. Esa empatía frente a la desgracia como en 1985 no fue una coincidencia, como el sismo en sí mismo.
“Esta es una característica del ser humano, así como del mexicano y su cultura, querer ayudar y proporcionar apoyo. Muchos de los que vivimos la crisis —y tenemos derecho a entrar en crisis— buscamos el bienestar del otro y su integridad. Es una capacidad altruista de buscar el beneficio colectivo para construir, porque es algo que nos impacta. Afortunadamente esta ayuda nos ha rebasado, puesto que hay más de la que se necesita”.
Atención telefónica
Además de su call center, la Facultad de Psicología de la UNAM pone a su disposición la línea de Atención Psicológica a Distancia en los teléfonos de los siguientes voluntarios de la institución.
Patricia 55 18003711
Emilia 55 54571442
Antonio 55 16264588
Hortensia 55 54754787
Lidia 55 55060096
Luis 55 39091327
Lupita 55 29000305
Nury 55 54063151
Patricia 55 16536698
Sotero 55 34801170
Susana 55 43641988
Olga 55 45160545
Monserrat 55 38831557
Hortensia 55 54754787
Ángel 55 13823787
Daniela 55 91917495
Livia 55 18500813
María 55 54056050
Hilda 55 54164430
Milagros 55 91986796
Rocío 55 37719212
Verónica 55 22457386
Verónica 98 51096757
Isabel 55 43496554
Guillermo 55 18185155
Héctor 55 53083137
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