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Las fugas de El Chapo

Es capturado por primera vez en Guatemala en junio de 1993 y pasa 8 años en prisión, primero en el penal de El Altiplano y luego en el de Puente Grande, de donde se fugó el 19 de enero de 2001 El 22 de febrero de 2014 es recapturado y vuelve a escapar el 11 de julio de 2015

Celda de prisión
Celda de prisión Celda de prisión (La Crónica de Hoy)

Joaquín El Chapo Guzmán ha logrado evadir a la justicia mexicana en dos ocasiones, fugándose de penales de máxima seguridad tras ser detenido.

El 10 de junio de 1993 fue capturado por primera vez en Guatemala junto con otros cinco presuntos delincuentes por autoridades guatemaltecas en el Puente Internacional de Talismán, en el Río Suchiate, y en esa frontera fue entregado a las autoridades mexicanas y enviado al Penal Federal de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.

El entonces procurador Jorge Carpizo informó que durante su traslado a la ciudad de Toluca, el capo declaró que sí estuvo en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, el 24 de mayo de 1993, cuando fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y seis personas más.

Estuvo preso durante casi ocho años, primero en el penal de El Altiplano y a partir de noviembre de 1995 en el Penal de Puente Grande, en Jalisco.

El 19 de enero de 2001, mes y medio después de que Vicente Fox asumiera la Presidencia de la República, Guzmán Loera se fugó del penal de Puente Grande, considerado de máxima seguridad, ocultándose en un carro de lavandería. El narcotraficante salió de su celda ubicada en el Módulo 3, pasó por el comedor, el almacén y el área de mantenimiento hasta salir por la puerta principal y terminar en el depósito de basura. Se subió a un camión de basura y cruzó la aduana.

De esta forma se convirtió en el segundo hombre más buscado por el FBI y la Interpol, sólo después del terrorista abatido Osama Bin Laden.

Pasaron más de 13 años para lograr su reaprehensión. El 17 de febrero de 2014, El Chapo estuvo cerca de ser capturado. Sin embargo, logró escapar del cerco de la Marina en Culiacán, Sinaloa, por la tina del baño que conectaba con un túnel de 3 km y desembocaba en el drenaje pluvial de la ciudad. La salida secreta constaba de un  mecanismo especial: había que meter un enchufe a un conector para que se produjera un corto, luego, encender desde el espejo un apagador, lo que hacía que la tina se levantará en automático. Desde entonces, evidenció su estrategia de huir por túneles.

Para el 22 de febrero del mismo año, Joaquín Guzmán Loera fue recapturado en un hotel de Mazatlán, Sinaloa, alrededor de las 6:40 de la mañana, sin un disparo de por medio, en un operativo conjunto de la Secretaría de Gobernación, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Las imágenes de su caminar desde el hangar de la Marina, frente a cientos de cámaras y periodistas nacionales y extranjeros, hasta su traslado en un helicóptero Blackhawk, dieron la vuelta al mundo.

En esta ocasión sólo estuvo preso durante un año y 139 días en el penal de El Altiplano, pues su segunda fuga de un penal de máxima seguridad se consumó  el sábado 11 de julio del 2015. El entonces comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, confirmó que Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, se había fugado a las 20:52 horas, y que al menos 18 elementos del penal habían sido trasladados a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) para rendir su declaración en calidad de testigos.

En un mensaje a medios en el que no aceptó preguntas, detalló que el líder del cártel de Sinaloa escapó por un túnel de más de un kilómetro y medio de longitud, cuya entrada estaba en su celda —en la zona de la regadera— con una entrada de 50 por 50 centímetros y 1.5 metros de profundidad, que desembocaba en un predio en obra negra de la colonia Santa Juanita. Agregó que el boquete daba entrada a un conducto vertical de 10 metros de profundidad habilitado con una escalera, de 1.7 metros de altura, y de 70 a 80 centímetros de ancho.

El video difundido de Joaquín Guzmán Loera, minutos antes de escapar por el túnel, puso en evidencia una red de complicidades tanto dentro como fuera del penal, por lo que las responsabilidades penales, legales y políticas están muy lejos de llegar a su fin. En una exposición mediática, se demostró una y otra vez la facilidad con la que el narcotraficante había logrado escapar, ya que en menos de 20 minutos recorrió el túnel que lo llevó a la libertad.

Meses después se dio a conocer información sobre un operativo para la recaptura del narcotraficante y sobre las supuestas lesiones que sufrió tras intentar huir. El gabinete de seguridad confirmó entonces que Guzmán Loera resultó lesionado en una pierna y el rostro tras realizarse un operativo con elementos de la Marina, aunque aclaró que las lesiones del capo no fueron producto del enfrentamiento con los marinos.

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