Servidores de la Nación llevan 2 años denunciando, ante la Fiscalía capitalina, ante la dirigencia de Morena y ante la Presidencia, acosos sexuales grotescos de Ricardo Salgado, quien junto con su hermano Rigoberto, el exdelegado, son las figuras centrales de la 4T en Tláhuac. Son ellos a quienes debe atribuirse que la alcaldía se mantenga en manos de Morena, a pesar del desastre de la L12. Berenice Hernández, la virtual delegada, es parte de su clan.
Las mujeres denunciantes fueron echadas del trabajo en 2019, al que llegaron, señalan, más por ilusión de transformar el país que por una apuesta laboral. En ese año, protestaron en Palacio Nacional durante una mañanera de AMLO, lo que sirvió para que las reinstalaran; pero no se solucionó el problema de fondo, por lo que mantuvieron la denuncia ante la autoridad de procuración de justicia.
Pero vino la sorpresa: Ricardo, sin ser citado a declarar ante el MP, llamó a las denunciantes para comentarles que ya sabía de su intención de iniciar una querella penal. La denuncia se “le perdió” a la procuraduría y se les sugirió entregarla nuevamente, pero que lo hicieran ante la Fiscalía General de la República, porque a alguien le pareció que era un caso federal.
En resumen, el asunto no avanza y lo pelotean. Si alguien en la Fiscalía o en el CEN de Morena se hubiera tomado la molestia de leer lo que se les entregó, seguramente les habría llamado la atención el relato: “…cerró la puerta y me tomó del cabello a la fuerza, me miró a los ojos de forma amenazante y me preguntó ¿quieres ser mi puta?”, se lee en la denuncia dirigida a la Fiscal General de la ciudad, Ernestina Godoy.
Una vez congelada la denuncia, estos Servidores de la Nación se presentan ante Crónica y piden que se dé a conocer el asunto, especialmente para que llegue a oídos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues la desazón, señalan, está al interior de la 4T cuando se deja operar a personajes como los Salgado y “es algo que nuestro Presidente debe saber”.
ESPERANZA Y ACOSO SEXUAL
“Cuando entré al equipo de campaña de Morena, antes de que Andrés Manuel López Obrador fuera nuestro presidente, mi entusiasmo por participar en un cambio era toda mi motivación, ya que anhelaba ser parte de una mejora en el futuro de mi familia, de mis amigos; pero al ingresar a los Siervos de la Nación en Tláhuac viví una pesadilla de terror con el subdelegado Ricardo Salgado Vázquez”, recuerda Miriam. Se le ha pedido reproducir nuevamente el relato, algo que significa revictimizarla, pero que se hace necesario ya que la Fiscalía capitalina, asegura, se niega a investigar el caso o siquiera a levantar en forma la carpeta de investigación. Se reserva por el momento su nombre real (y el de las demás denunciantes). La mujer es clara al decir que lo que quiere es que la Presidencia sepa lo que pasa en Tláhuac con el clan Salgado.
“Me agredía física y verbalmente; como ha hecho con muchas de mis compañeras, me ha hostigado, toqueteado para cumplir sus perversiones sexuales, quiere que seamos sus amantes y si no lo complacemos nos amenaza con corrernos; esa es la realidad que se vive en Tláhuac”, relata al agregar que “la impunidad rige y hasta ahora el Presidente no ha volteado a ver que sus ideales de combate a la corrupción, respeto a las mujeres y protección a los más vulnerables son pisoteados e ignorados en Tláhuac”.
La joven recuerda uno de los tantos momentos de pesadilla que vivió mientras trabajó bajo las órdenes de Ricardo Salgado, a quien calificó de un ser inhumano y despreciable.
En una de tantas ocasiones “me llamó a su oficina, tal y como lo ha hecho con otras compañeras, para estar con él a solas, cerró la puerta y me tomó del cabello a la fuerza, me miró a los ojos de forma amenazante y me preguntó ¿quieres ser mi puta?”, narra Miriam.
Miriam se defendió y después supo cómo traducía Ricardo Salgado su furia: insultos ante el resto de los Siervos, menosprecio a su persona, mayor carga de trabajo y nuevos intentos de agresión sexual.
“Varias veces Ricardo, sin más, llegó directamente a tocar mis partes íntimas o mis senos, me hostigaba e incluso me decía que, si no me gustaría engañar a mi esposo… Me sentía impotente y con miedo… al no acceder a sus peticiones, él se desquitaba insultándome o exhibiéndome frente a mis compañeros, siempre nos tachaba de inútiles, a pesar de que hacíamos nuestro mayor esfuerzo”.
Los acosos no sólo se centraban en Miriam. Muchas de sus compañeras siguen trabajando directamente para Ricardo, pero tienen miedo a perder el trabajo. Prefieren no denunciar.
Las que sí lo hicieron asentaron relatos tan descarnados como los de Miriam. Peticiones de sexo oral, ofrecimientos de que si acceden “tendrás un mejor puesto en el Gobierno Federal y no te faltará nada”.
La denuncia finalmente fue entregada en el Bunker de la Fiscalía capitalina, en forma de escrito dirigido a la Fiscal Ernestina Godoy, pero esto no produjo mucho en términos ministeriales, pero sí aumentó la furia de Ricardo: “están mordiendo la mano que les da de comer”, y desde entonces se le asignaron cargas de trabajo inéditas, que nadie más tenía, un método para hartarla y presionarla para que renuncie.
Ingrid, otra de las afectadas, relató a Crónica que Ricardo, en represalia contra quienes no se sometieran a sus aberraciones sexuales, efectivamente les encargaba más trabajo o eran obligadas a realizar proselitismo en apoyo a su hermano Rigoberto, actual diputado de Morena en el Congreso de la Ciudad de México.
“Durante mucho tiempo vi la forma en la que Ricardo obligaba a compañeras a tener relaciones sexuales con él. También yo y varias siervos de la nación vimos cómo le llevaban droga a su oficina, pero siempre callamos por miedo”, relata Ingrid.
Y, otra vez, el ataque sexual directo: “nunca olvidaré la vez que me llamó a su oficina… nunca olvidaré lo que sucedió ". Ingrid narra como el encargado de los Servidores de la Nación en Tláhuac se le abalanzó encima para intentar violarla sobre un sillón. “Nunca imaginé que esto me pasaría, no sabía qué hacer, todo me pasó por la mente, jamás dejé de sentirme vulnerable", subrayó.
Los ataques originaron que la joven y otras de sus compañeras pidieran apoyo en la Secretaría de Bienestar, solicitando su cambio de adscripción, pero esto, al igual que en el caso de la denuncia ante la fiscalía capitalina, fue informado a Ricardo Salgado. “Las autoridades en lugar de apoyarnos nos abandonaron, y unos días después de que solicitamos nuestro cambio, Ricardo nos fue llamando una por una a su oficina, y antes de entrar nos quitaron nuestros teléfonos celulares para no grabar nada y no tener evidencias de esta situación. En mi caso, en tono amenazante, me dijo que él ya estaba al tanto”.
Los últimos meses, incluyendo los electorales, fueron de reflexión y de convencerse de que no pasaría nada en la Fiscalía capitalina ni en la General de la República, donde efectivamente presentaron también un escrito de denuncia.
Finalmente optaron por Crónica, donde platican su caso, presentan documentos y piden que se difunda. Están lejísimos de ser críticas de AMLO o la 4T, por el contrario, son creyentes fieles del proyecto que encabeza el actual Presidente de la República. “Queremos que sepa”, señalan, “que él sepa lo que está pasando”.
Tláhuc se ganó para la 4T este 6 de junio, pero habría que investigar la denuncia pr saber exactamente a qué costo...
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