
En sus inicios, alrededor de 1907, la animación japonesa recibe el nombre de senga eiga “películas de líneas dibujadas”, más tarde se conocerá con el término doga “imágenes en movimiento” y, finalmente, sobre 1960 pasará a llamarse animeeshon, abreviación de la transcripción japonesa de la palabra inglesa animation. Anime es el término que agrupa los dibujos animados de procedencia japonesa y hasta cierto grado los elementos relacionados. En Japón se toma al término para referirse a la animación en general, aunque algunas creencias indican que es una palabra de origen francés.
Tan sólo por tratarse de dibujos animados, la gente suele pensar en que el anime es lo mismo que las caricaturas para niños. Sin embargo a pesar de su habilidad para entretener a los niños, el anime también puede contener temas de adultos, temas intelectuales, mezclas de comedia, drama, acción, terror, ciencia ficción, crítica social, inclusive animación para adultos.
Las personas están acostumbradas a los dibujos animados norteamericanos, en los cuales las tramas son sencillas, los personajes muestran siempre la misma faceta de su personalidad, sus conflictos se resuelven fácilmente en un episodio de media hora y están dirigidos, casi exclusivamente, a los niños.
En Entrevista vía telefónica Crónica platico con Karla Bravo socia de KEM Media, empresa dedicada a la exportación de anime a América Latina, labor que en México han generado más de 25 millones de pesos en taquilla y más de 150 mil asistentes. Actualmente el país del sol naciente es una de las naciones con mayor historia en la industria cinematográfica y ocupa el cuarto lugar dentro de las industrias fílmicas más grandes del mundo detrás de Estados Unidos, China y la India.
“Es algo curioso cómo se fue adquiriendo el gusto por el anime en México y en el resto del mundo, por ahí de los 90 se dio el boom del anime en la televisión tradicional y es un fenómeno que se repitió en México como en Estados Unidos y en otros tantos países” comentó.
En Latinoamérica el anime empezó a distribuirse desde 1970, inició por algunos países como Panamá, Costa Rica, Colombia, México o Argentina, con las series Heidi, Princesa caballero, Candy Candy y Meteoro. Les seguirían Kimba, El León Blanco y Mazinger Z, en los años 80.
A partir de 1990 el anime empezó a tomar mucha popularidad con Robotech, Saint Seiya, Sailor Moon, Las guerreras mágicas, Ranma 1/2, así como las sagas de Dragon Ball y más tarde, Neon Genesis Evangelion, Pokémon, Digimon, Captain Tsubasa, Cardcaptor Sakura, Yu-Gi-Oh, Samurai X, InuYasha, Naruto, One Piece, Death Note, y muchas más que se estrenaron. Los canales de cable internacionales y distribuidores en esa época eran Magic Kids, Locomotion, Fox Kids, Cartoon Network y Animax, así como canales de señal abierta en cada país.
“Culturalmente son muy diferentes Japón y México, en el cine del país asiático es prácticamente de autoconsumo, sus historias están basadas en Japón, aunque son la cuarta industria de cine en el mundo, y en México el mayor consumo es de películas e historias de Hollywood, no tenemos el hábito consumir el cine mexicano”, explicó.
Ya en 2006, la emisión y estrenos de anime por la televisión se redujo considerablemente en la región, debido a la cancelación de Toonami en 2007 en Cartoon Network, el desvío de enfoque y muerte de Animax en el 2011, y la salida de aire de ZAZ en 2012, junto con el cierre de Cloverway en 2007, lo que redujo la llegada de nuevos títulos para Latinoamérica.
“Cuando inició KEM Media en el 2013, cuando nos acercábamos a las distribuidoras o a los estudios de animación, había dos escenarios: o no conocían nada de México o habían tenido malas experiencias. Cuando empezamos a querer traer cine japonés y anime no había indicios de que se podía hacer en México o si era un mercado potencial como en otros países, pero poco a poco ya nos hemos posicionado como un mercado importante”, dijo.
A la fecha, el único canal que emite anime en su programación regular y de manera constante con estrenos y de manera ininterrumpida por 18 años es el canal de cable chileno llamado Etc TV. Sin olvidar que los fanáticos en Latinoamérica pueden ver anime legal con regularidad desde los servicio de streaming como Netflix, que tiene en su catálogo varios títulos de animes en su servicio desde el 2012, y con la llegada de Crunchyroll a la región, abren el mercado legal del anime en línea por streaming.
“México ha sido una puerta interesante para Latinoamérica, en cuestión de cine ha sido más paulatino por cuestiones de piratería y de visualizarlo en internet, pero ahora la gente ya pide y espera que traigamos las películas y los animes para verlos con mejor calidad en salas de cine” comentó.
Karla Bravo detalló que el año pasado con la proyección de siete películas en México lograron captar más de 600 mil espectadores en la taquilla, con lo que se logró competir con países como Inglaterra, España, Francia, que registra casi los mismos asistentes. Comenzó el año con el estreno en cines de Fate/stay night y el próximo marzo llegará la quinta edición del Festival Konnichiwa!, que promete una oferta de lo mejor del anime para este año. Ya en el 2017 algunas de las series más representativas de los años 90 y 2000 regresaron a la televisión abierta, con lo que se tiene por seguro que la relación entre el anime y México aún tendrá más historia.
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