
Fidel Castro es un oxímoron. Es un dictador admirado, aunque esto sea en sí una contradicción absoluta. ¿Se puede admirar a un dictador?: Depende. ¿De qué depende? De si te llamas Fidel Castro.
Esta anomalía, este extraño fenómeno de la historia es el que explica que cueste tanto trabajo llamar dictador a Fidel, aunque —no nos hagamos pendejos— todos sabemos que lo es, porque basta con encarcelar a la disidencia y prohibir cualquier cosa más allá del pensamiento único del partido único, para saber que, quien lo hace, es un dictador.
Sin embargo, sería injusto llamarlo así, a secas, porque, como también sabemos todos, lideró una revolución que acabó con un dictador, Fulgencio Batista, este sí, dictador a secas y además marioneta cuyos hilos los manejaba Washington. Además, Fidel es admirable porque llevó educación, salud y dignidad a un pueblo desposeído de todo, y también por haber inspirado a toda la región y a varias generaciones de latinoamericanos que necesitaban una prueba viva de que sí había esperanza.
Ahora bien. ¿Justifica todo esto convertir esa revolución en otra dictadura de partido único y encima hereditaria? En absoluto, y aquí es donde se equivocan gravemente quienes sitúan a Castro a la altura de Nelson Mandela.
No, señores, la diferencia es abismal, porque el sudafricano liberó a su pueblo de su agresor y luego le dio la libertad de que eligiese su propio destino. Por el contrario, Castro se quedó con el poder y persiguió a los que reclamaron que devolviese la soberanía al pueblo. Los dos son admirados en el mundo por sus gestas liberadoras, pero uno decidió no convertirse en dictador y el otro sí.
Por eso, al funeral de Mandela fueron líderes de todo el planeta y al de Castro fueron sus amiguetes bolivarianos, Peña Nieto, el rey Juan Carlos alias “por qué no te callas” y poco más. Por eso, Mandela es un admirado libertador y Castro es un admirado dictador, aunque esto suene tan contradictorio como defender un modelo que uno no lo quisiera para sí mismo.
¿Cuántos de los que han llorado a Fidel Castro resistirían más de quince minutos viviendo bajo las condiciones de su régimen? Que levante la mano quien esté dispuesto a mudarse a Cuba y renunciar a su derecho al libre pensamiento, libre circulación y libre comercio, y esté dispuesto a abrazar la libreta de racionamiento y a votar “democráticamente” entre diferentes candidatos “del Partido”.
Si la levantan, avísenme y les consigo, si encuentro, un pollero que les cruce en balsa a Cuba.
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