En el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, el arqueólogo Nahúm Noguera Rico, y Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador del INAH, presentaron la ponencia La Isla de Sacrificios antes y después de la Conquista. Un enclave estratégico, en el Museo Nacional de Antropología.
“La Isla de Sacrificios es un enclave privilegiado: fue un segundo puerto, hospital, área de cuarentena, bodega, bastión militar, cementerio, hay un monumento a soldados franceses e ingleses”, dice Sánchez Nava. “La historia de Sacrificios cambia a partir de la conquista, si no la cuidamos, si no la protegemos no la vamos a poder investigar y entender cabalmente su importancia”, declara.
El coordinador del INAH agrega que se busca enfatizar la importancia que ha tenido la Isla de Sacrificios, en Veracruz, el riesgo sobre sus valores culturales y la manera en que su pasado protagonismo durante el arribo de los europeos derivó en afectaciones menores a su cultura material, “situación que se potencia en épocas posteriores cuando su privilegiado enclave propicia una sobreexplotación de sus recursos y un grave deterioro de sus contextos.”
Mientras Veracruz y San Juan de Ulúa se hallaban entre fuegos, la posesión de la Isla de Sacrificios se disputaba entre España y México independiente, en 1824. Al año siguiente el gobierno mexicano puso militares en la isla, lo que dio la posesión de Sacrificios a México y detonó la capitulación española en Ulúa. Actualmente marcada y asociada a historias de muerte, la isla fue eslabón en la conquista y establecimiento español en América.
En el siglo xx exploradores y coleccionistas europeos visitan y reseñan los artículos que encuentran en la isla: ruinas y huesos, copas, cenizas, cabecitas de barro, hornos de cal, flechas de obsidiana. Pocas décadas de turismo descontrolado produjeron afectaciones y pérdidas irreparables. En 1982 se cierran las visitas al público y la isla recupera su esplendor. Hoy se debe repensar esta Isla en función de su conservación y disfrute sostenible.
Noguera Rico indica que la isla tiene un valor arqueológico prehispánico, histórico y contemporáneo. Podemos identificar, en los vestigios de la isla, los diferentes momentos que se han tenido desde la época prehispánica, el contacto (con España), el virreinato, México independiente y actualidad reciente. “Es un bagaje de patrimonio, pasado, presente, y una perspectiva para pensar que hacer con él en el futuro.”
A muchos, especialmente a los investigadores. Noguera señala que “allá” les importa a personas locales, porque tiene que ver con identidades. Considera que proyectos que se hagan por la arqueología misma no sirven, “deben tener un referendo a la identidad y visión integral de los valores. No podemos entender fuera de los contextos arqueológicos, ambientales y de la cultura viva.”
Considera también que hay entidades que están obligadas a interesarse en este tema, como las autoridades. “Hay 5 competencias a las que les tiene que importar la isla: SEGOB, SEMAR, SCT, CULTURA, SEMARNAT”.
“Nos importa a los que hacemos investigación que somos los que podemos dar pauta de qué hacer o cómo hacerlo.” Y a los gobiernos, local y estatal, “que con cada cambio de sexenio, o de trienio, siempre tienen una nueva propuesta o incluso vinculan a otros actores de iniciativa privada para que impulsen la apertura de la Isla.”
Comenta que han revisado proyectos que incluyen un túnel y una tirolesa para acceder a la Isla. “La isla de Sacrificios ha estado en un constante saqueo. Con el proyecto estamos intentando articular todas estas visiones y soportarlas con criterios de investigación: que si se podría y qué no”, además de buscar otras alternativas en el mundo para poder disfrutar el patrimonio sin pisarlo, concluye.
ijsm
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