Escenario

Murió Agnès Varda, ícono de la Nouvelle Vague

El cine se pone de luto tras el fallecimiento de una de las figuras más importantes para el cine y el feminismo dentro de la industria

El cine se pone de luto tras el fallecimiento de una de las figuras más importantes para el cine y el feminismo dentro de la industria

Murió Agnès Varda, ícono de la Nouvelle Vague

Murió Agnès Varda, ícono de la Nouvelle Vague

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La cineasta francesa Agnès Varda, una de las pocas figuras femeninas de la llamada Nouvelle Vague y galardonada con el Oscar honorífico en 2017, falleció este viernes a los 90 años, informaron medios franceses.

“Fue una gran directora, una gran autora (...), una mujer que no hizo más que cosas positivas (...) Se ha ido una gran dama del cine. Es una pérdida importante para el cine francés”, reaccionó el director Claude Lelouch en la radio France Info, al conocer su muerte.

Un cáncer se llevó la vida de esta incansable figura del celuloide francés, según un comunicado de la familia enviado a los medios, en el que precisó que el fallecimiento se produjo de madrugada y rodeada de sus allegados.

Su pérdida llegó dos meses después del fallecimiento de otro icono de la Nouvelle Vague, el compositor Michel Legrand, autor de las bandas sonoras de referentes como Bande à part de Godard, o Les Parapluies de Cherbourg y Les Demoiselles de Rochefort, ambas de Demy.

Varda, de nacionalidad francesa, nació el 30 de mayo de 1928 en Ixelles (Bruselas). Su familia se instaló en Sète, en la costa mediterránea francesa, en 1940, desde donde saltó a París para estudiar en la Escuela del Louvre y en la Facultad de Letras de la Sorbona.

Durante diez años fue fotógrafa asociada al Teatro Nacional Popular y cuando decidió estrenarse en el cine lo hizo sin formación específica, pero con un largometraje que la convirtió en precursora de la Nouvelle Vague, titulado La Pointe Courte (1955).

La cineasta saltó de un género a otro, del documental a la fotografía, a la ficción o a instalaciones artísticas, guiada por su instinto artístico. Construyó una carrera en la que destacan títulos como Cléo de 5 à 7 (1962), con el que pisó por primera vez la alfombra roja del Festival de Cannes.

Entre los filmes más destacados de su trayectoria también se ubican Sans toit ni loi, el cual le valió el León de Oro de Venecia en 1985, como Les glaneurs et la glaneuse (2000) le otorgó el Premio del Cine Europeo ARTE al Mejor Documental, y Visages, Villages (2016) una nominación al Oscar como Mejor Documental Largo, por el que se llevó el Independent Spirit Award.

En 2017 se coronó con el Oscar honorífico y el Premio Donostia, los cuales reconocen su amplia y sobresaliente trayectoria, que suma más de 20 cortometrajes y producciones para televisión.

Cuando el resto de futuros integrantes de ese movimiento cinematográfico vanguardista todavía experimentaban con el cortometraje, como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol o Jacques Demy, ella se adelantó cinco años a esa ruptura con los cánones de la narrativa dominante.

Varda compartió con Demy profesión y vida, tras una relación anterior con el actor y director de teatro y de ópera Antoine Bourseiller, de la que nació su primera hija, Rosalie Varda, en 1958.

Desde la boda de Varda y Demy en 1962 no se separaron hasta la muerte del director, en 1990. Su unión traspasó la gran pantalla, puesto que Varda se inspiró en su vida para filmes como Jacquot de Nantes (1991).

Fue una feminista convencida, se sintió particularmente orgullosa de ser la primera directora en recibir el Oscar honorífico de Hollywood. Asimismo se hizo acreedora a El César de Honor del cine francés en 2001, el René-Clair de la Academia francesa al año siguiente, la Palma de Oro honorífica en 2015, el Oscar, también honorífico, dos años más tarde, o la Cámara de la Berlinale este mismo año, son algunos de los premios que destacaron su nutrida carrera.

La artista fue pionera por partida doble. Impuso su menuda figura en un mundo masculino y aprovechó su eco mediático en favor de la causa feminista: en 1971 firmó el “Manifiesto de las 343” para la legalización del aborto, y en 2018, en Cannes, posó junto a otras grandes mujeres del cine para exigir igualdad y diversidad real en el sector.

Durante la 69 edición de la Berlinale, en la que fue homenajeada con la Cámara de Honor, la cineasta avisó que comenzaba a prepararse para decir adiós: “Se trata de frenar para encontrar la paz necesaria”, dijo, aunque advirtió, con su proverbial sentido del humor, que todavía no se había convertido en “leyenda”.

La despedida cinematográfica de la directora fue el documental Varda par Agnès, difundido este mismo año, en el que a través de un viaje por sus recuerdos, repasa parte de su filmografía y explica su concepto del cine.

“Si se fijan, se divide en dos partes, la del siglo XX y la del XXI. En la primera soy más bien cineasta, en la segunda, artista. Nunca he hecho películas políticas, sencillamente me he mantenido en el lado de los trabajadores y de las mujeres”, mencionó, durante su participación en la pasada Berlinale.