
La decisión del Museo del Holocausto de Ámsterdam, que se inaugurará oficialmente en 2022, de tapar cuatro imágenes históricas del campo de concentración de Auschwtiz-Birkenau ha generado polémica en Holanda.
Se trata de fotografías que tomó Alberto Errera en 1944, un oficial naval griego y judío hecho prisionero en el campo y obligado a trabajar en los Sonderkomander, grupos de prisioneros a los que los nazis obligaban a llevar a gente a las cámaras de gas a cremar y arrojar cuerpos en zanjas.
En las imágenes, que se iban a exponer en una muestra temporal sobre la persecución de los judíos holandeses, se aprecia una de estas cremaciones y a un grupo de mujeres siendo conducidas a la muerte.
El museo argumenta que tapa las imágenes porque no tiene aún una postura oficial ante escenas tan crueles y agrega que no sabe qué hacer con ellas.
El Instituto para Estudios de la Guerra, el Holocausto y Genocidio (NIOD), responsable de la exposición, lamentó la decisión del museo y argumenta que las fotografías de Errera son una de las principales pruebas de la Solución Final y el Holocausto.
El carrete con las imágenes salió de Auschwitz en un tubo de pasta de dientes, pero no se sabe cómo Errera, ejecutado en agosto de 1944 tras un levantamiento fallido de prisioneros, logró introducir la cámara al campo.
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