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Indiferente a las condenas de la comunidad internacional, y en particular a las advertencias y sanciones impuestas por Estados Unidos, en las primeras horas de este jueves el gobierno de Corea del Norte lanzó una serie de misiles antibuques desde su costa oriental, como parte de sus pruebas estratégicas en caso de alguna amenaza, informó la agencia surcoreana Yonhap, que cita fuentes del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
“Corea del Norte realizó esta madrugada un ensayo de varios proyectiles no identificados, supuestamente misiles antibuques, de la región de Wonsan en la provincia de Gangwon”, declaró la dependencia a través de un comunicado.
La fuente, citada por la agencia norcoreana de noticias surcoreana también señaló que los misiles —de crucero, conforme a Yonhap— han volado una distancia de 200 kilómetros y han caído en el mar de Japón.
Se trata del cuarto ensayo misilístico del régimen comunista de Kim Jong-un en las últimas cinco semanas — el anterior se registró el pasado 29 de abril—, en desafío a las advertencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las amenazas de Estados Unidos de una posible respuesta militar.
En 2016, el régimen norcoreano llevó a cabo su cuarto y quinto ensayos nucleares y más de veinte pruebas de misiles balísticos desafiando las prohibiciones de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó desde 2006 seis resoluciones que conminan a Corea del Norte a abandonar el desarrollo de sus programas nuclear y de misiles.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, instó a los niños de su país a “odiar a los imperialistas y enemigos”, y a “darlo todo” por su patria, según publicaron ayer medios oficiales del régimen.
En un discurso pronunciado el martes en el VIII Congreso de la Organización de Niños de Corea (ONC) en Pyongyang, Kim pidió que “los muchachos deben tener una preparación exhaustiva para odiar a los imperialistas y enemigos de clase”, indica un artículo de la agencia estatal de noticias KCNA.
Kim llamó a formar a los integrantes de la Organización de Niños de Corea (ONC) y convertirlos en “revolucionarios infantiles de la patria socialista”.
El encuentro, al que asistieron altos cargos del régimen, no se celebraba desde 2013, cuando Kim lo presidió por primera vez desde que sucedió a su padre en el poder.
El líder confió en un futuro “claro y brillante” del régimen gracias a la organización infantil, que dedica “todo” por la patria y “continúa firmemente el alma de la revolución coreana”, según KCNA.
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