México es el segundo país con más transfeminicidios, no obstante, este problema no es reconocido ni por la sociedad ni por el estado. A través de la actual exposición de #Sala10, Póker de Damas, la artista Teresa Margolles convoca al público a ser testigos activos de esta situación, explicó Alejandra Labastida, curadora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
En entrevista, Labastida destacó que la pieza registra una conversación entre trabajadoras sexuales transgénero en la habitación 10 del Hotel Bombín de Ciudad Juárez, Chihuahua. En ella participa Sonia, una ecuatoriana que trabaja en Suiza y tres amigas de Karla, una chica trasn que originalmente se trasladaría a Suiza para participar en este proyecto pero que fue asesinada antes de poder hacerlo.
“Teresa replanteó el proyecto comisionado por la bienal Manifiesta 11, invitando a Sonia a Ciudad Juárez para encontrarse con compañeras y amigas de Karla. Comentaron tanto el asesinato que quedó impune, como las condiciones de vida, trabajo, sociales y económicas de su comunidad”.
A cuatro años de haber llevado a acabo esta pieza, la realidad a la que se enfrenta la comunidad transgénero es cada vez peor y se ve rebasada por la pandemia, agregó. “Son una de las comunidades que más han sufrido a partir de la contingencia sanitaria pues lo primero que se hizo fue cerrar los hoteles donde vivían y trabajaban”.
Por ello es importante reconocerlos como uno de los sectores más vulnerables y precarizados, pero para que la sociedad acepte a sujetos que no son heteronormativos, exija justicia con ellos y los apoye, se necesita una transformación ideológica, destacó.
“El circulo de violencia empieza desde casa el momento que, al presentar ciertas tendencias, gustos, etcétera, son maltratados e incluso sometidos a abusos sexuales por algún familiar, mismo que no es reconocido ni aceptado por el resto de la familia, por lo que son expulsados de ella”
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