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El presidente de Rusia, Vladimir Putin es el principal impulsor para que el sambo (autodefensa sin armas), se convierta en un deporte olímpico, ya que el mandatario lo practica desde la adolescencia y desea aprovechar el impulso de la UFC.
El sambo, acrónimo en ruso de autodefensa personal sin armas, se considera una cantera natural para las artes marciales mixtas que se practican en la Ultimate Fighting Championship (UFC), disciplina que tiene muchos seguidores en el mundo.
Dicha disciplina se creó en la era de la Unión Soviética desde 1938, como arte marcial para mejorar el combate de lo que fue el predecesor de la KGB y de las unidades especiales del Ejército rojo.
En torneos europeos y mundiales el número de países participantes alcanzó el centenar, por lo que esta modalidad ya recibió en 2018 un reconocimiento provisional del Comité Olímpico Internacional y para 2028 podría integrar el programa en la cita de Los Ángeles, California.
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