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Hace más de un año escribí un artículo muy curiosofoboso —curioso y fabuloso—, uno que realmente ha sido ejemplo de lo que escribo en esta maravillosa oportunidad con La Crónica de Hoy. Uno de los tres artífices con los que tuve el honor de obtener el Primer Premio Nacional de Periodismo 2015. Dicho artículo era: ¿Qué pesa más, un kilo de tortillas frías o calientes?
En aquella ocasión, afortunadamente, pude resolver la cuestión en este momento vamos a partir otro muy común. ¿Qué pesa más, un kilo de algodón o uno de plomo? Para evitarnos mayores complicaciones, no vamos a decir que están calientes o fríos los kilos, simplemente que están.
Cuando escuchamos con detenimiento las cosas, así como para que nuestras madres no nos regañen, nos daremos cuenta que el decir un kilo de plomo y un kilo de algodón es lo mismo. Sólo que al primero le asociamos más peso, por la experiencia personal. Tomamos un puño de dicho metal y el otro de textil vegetal y nuestra mano se va hacia donde esté el plomo, pero un kilo de una cosa es un kilo aunque éste sea un puño y el otro un camión entero. Y de nuevo regresamos a lo de la densidad, ¿recuerdan? La proporción existente de los materiales entre su masa y el espacio que ocupan, y sí, algo muy denso es muy pesado. Así que al momento de escuchar diferencias o similitudes entre materiales, buena forma de descubrir el resultado es observando sus características y la densidad entra en ellas.
También la temperatura, el punto de fusión, o hasta el punto de congelamiento. Ahora, si quieres ser detective ya sabes por dónde empezar.
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