Opinión

Reflexiones ante la derrota y el nuevo gobierno

Reflexiones ante la derrota y el nuevo gobierno

Reflexiones ante la derrota y el nuevo gobierno

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Como la crónica de una derrota anunciada el Partido Revolucionario Institucional vive la peor debacle de su historia, un partido pionero en la vida democrática y política del país, que construyó la base institucional del México contemporáneo y otrora fue considerado “el partido hegemónico”. Las causas, razones, explicaciones y culpas se irán aclarando con el tiempo, y aunque serían perogrulladas, no aprendimos de nuestros errores, se desdibujó parte de nuestra ideología fundacional, no expulsamos a los malos elementos, no tuvimos la capacidad para comunicar las grandes trasformaciones que se realizaron en este sexenio, ni mucho menos, los cambios de paradigmas al interior de nuestro partido.

Se estigmatizó la marca “PRI” —para mal de los priistas nos volvimos una marca—, no se escucharon las voces y corrientes críticas de la militancia, mucho menos de la ciudadanía, el propio desgaste natural de ser el primer partido, la coyuntura mundial y “n” factores más. La realidad nos alcanzó, y ahora, más allá de los saldos y balances internos, tendremos que demostrar ser una oposición responsable, propositiva, crítica y contundente. Nuestros gobernadores, diputados, alcaldes, regidores y demás funcionarios tendrán que ser ejemplo de pulcritud, trasparencia, rendición de cuentas, eficacia y eficiencia en la administración pública. Todos estos son valores y cualidades que siempre hemos tenido la mayoría de los priistas y que, pese a la adversidad política, tendremos que seguir demostrando.

Nos tocará ser —y aprender a ser— minoría en el H. Congreso de la Unión y en legislaturas locales, donde estaremos respaldando y sumando de manera franca en todas las reformas que beneficien a México y a los estados de la república, pero seremos una férrea e infranqueable oposición y también voz crítica cuando se pretenda dar retrocesos y medidas que comprometan el bienestar de los mexicanos y el avance democrático.

Las expectativas del próximo gobierno son muchas, algunas de ella muy altas, y el margen de maniobra es limitado. La inseguridad, los grandes rezagos —que no se solucionan en un sexenio—, el presupuesto limitado, la inercia administrativa–burocrática, la cultura de la ilegalidad enquistada en diversas áreas y esferas sociales, la corrupción, la falta de corresponsabilidad ciudadana y el complejo entorno internacional, son algunos de los diques del rompecabezas de la realidad mexicana que tendrá que enfrentar la nueva administración.

El Partido Revolucionario Institucional coadyuvará con nacionalismo, experiencia y profesionalismo en los planes y programas que detonen el potencial de las áreas estratégicas y nos lleven a mejores estadios. Nuestra actitud frente a este escenario adverso como institución política, siempre será propositivo y con altura de miras. Lo demostramos oportunamente al reconocer el triunfo del virtual Presidente electo, y en las condiciones que el presidente Enrique Peña Nieto propuso para que la transición sea tersa, ordenada y eficiente.

Sin embargo, hay que tener claro que todavía hay mucho camino por recorrer en la construcción de nuestra democracia. Aunque hubo un incremento inédito e importante en la votación nacional, cerca del 37 por ciento de los mexicanos, que representan 45.5 millones de electores, siguen siendo apáticos e indiferentes a los asuntos públicos. No hemos logrado consolidar la democracia representativa y gobiernos de mayoría. Pese a que el virtual Presidente electo ganó con los mejores números en la historia democrática, sólo representa a poco más de 24 millones de los más de 89 millones de electores de la lista nominal, es decir, el Lic. Andrés Manuel López Obrador de la coalición Juntos Haremos Historia sólo representa al 27 por ciento de los mexicanos.

La historia y los hechos son los mejores jueces, y en el PRI confiamos que hemos dado pasos sin precedentes que hoy generan bases y condiciones para tener crecimiento y desarrollo. Hacemos votos porque los aprovechen, y si no, la historia también los juzgará.

Senadora de la RepúblicaMichoacán de Ocampo@RocioPinedaG