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Se salvaba del COVID, pero un tanque de oxígeno pirata lo mató

En semanas recientes, Crónica pudo verificar explosiones de cilindros averiados en al menos seis entidades del país, cada cual con sus víctimas trágicas. Eran de enfermos COVID. Entre las sanciones aplicadas por Profeco, ninguna es por falta de registros sanitarios ni deterioro de los tanques

Se salvaba del COVID, pero un tanque de oxígeno pirata lo mató

Se salvaba del COVID, pero un tanque de oxígeno pirata lo mató

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

“Se salvó del COVID, pero no del cochino tanque”, era la frase de su esposa, entre sollozos. Al mediodía del pasado sábado 23 de enero, Eliseo, de 55 años, murió por la explosión de un cilindro de oxígeno medicinal en mal estado, el cual buscaba reparar para un vecino enfermo de coronavirus.

Durante los últimos años, Eliseo se había dedicado a soldar herrería, chatarra y otros objetos de fierro, en un pequeño taller ubicado en la comunidad de Taborda, municipio mexiquense de Temoaya. Joel, uno de sus ayudantes, resultó herido.

La demanda exorbitante de oxígeno en el país, para quienes buscan frenar el galope de la muerte, ha provocado la circulación de tanques sin condiciones mínimas de seguridad, muchos robados y ofertados en redes o negocios furtivos.

La historia funesta del soldador no es aislada. En semanas recientes, Crónica pudo verificar explosiones de cilindros averiados en al menos seis entidades del país, cada cual con sus víctimas trágicas: Estado de México, Ciudad de México, Sinaloa, Baja California, Chihuahua e Hidalgo.

Un hombre de 38 años, habitante de la alcaldía Xochimilco en la capital del país, sufrió traumatismo craneoencefálico y perdió un ojo; otro de 56 años falleció tras una detonación en el Hospital Infantil de Chihuahua; una persona más terminó con lesiones graves, por incidente similar en el Hospital Arcángeles de Tijuana, Baja California… Y un automóvil quedó calcinado en Culiacán, Sinaloa: el insumo se encontraba en la cajuela.

Uno de los últimos percances ocurrió la semana pasada, en la colonia Benito Juárez de Ciudad Sahagún, Hidalgo: un contagiado de COVID debió ser hospitalizado de urgencia después del estallido del tanque al cual estaba conectado.

Frente a la búsqueda desesperada de las familias, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha determinado no cerrar los establecimientos ilegales, sin permiso de Cofepris.

Según datos de la dependencia federal, del 20 de diciembre de 2020 al 15 de enero de este año, se han realizado 67 visitas de verificación -por igual número de denuncias- a locales donde se vende oxígeno medicinal. Se han infraccionado ya 25 establecimientos: 15 en la CDMX, y algunos más en Tijuana (Baja California), Zapopan (Jalisco), Toluca (Edomex), Querétaro, Pachuca (Hidalgo) y Puebla…

Sin embargo, las causas del incumplimiento son: por no indicar los precios de la recarga, por no informar términos y condiciones de facturación y por no acreditar con documentos la variación de los costos de llenado o venta de tanques.

Es decir, ninguna de las sanciones se ha derivado de la falta de registros o autorizaciones sanitarias -la cual sería tarea compartida con Cofepris- ni del deterioro de tanques.

“La situación sanitaria en el país obliga a todos los distribuidores autorizados a ser muy estrictos, tanto en la negativa a vender cilindros como en la revisión de su estado físico. Si no actuamos con responsabilidad, lo único que provocaremos es COVID con explosiones”, dice Oscar Mendoza, quien se dedica a esta actividad desde hace más de 10 años.

-¿Cuál es el riesgo?

-Se están vendiendo tanques caducados, que no tienen su prueba de presión o seguridad hidrostática vigente, y esa debe hacerse por lo menos cada 5 años; si no la tiene, tendría que ir a planta, porque el peligro de llenar a 2 mil 200 libras, por ejemplo, es muy grande. Si no se aguanta la presión, se bota la válvula y vienen las explosiones.

Algunos datos importantes a revisar por los usuarios son: grosor del aluminio, presión, número de serie, fecha de fabricación, etiqueta de grado medicinal y registro, entre otros.

“El problema es que hay muy pocas manos calificadas y no se alerta a la gente. No cualquiera puede darse cuenta de las condiciones físicas: hay que saber leer los números grabados en tanques y la mayoría de las personas no los habían visto jamás. Es casi imposible que en casa alguien logre identificar el mal estado”, señala Alberto Mondragón, dueño de una empresa autorizada.

-¿Cuál es la recomendación entonces?

-Que no compren tanques por Internet ni en el mercado negro, porque eso incrementa inseguridad, desabasto y precios. Nuestro gremio, como el médico, ya está cansado, fatigado, pero aquí seguimos, confíen en los establecidos regulados para circular los tanques que tienen en casa.

-¿Cansados, fatigados?

-Sí, a los distribuidores ya los noto cansados, tristes, desesperados porque no se consigue producto, estamos rebasados, y ya nos está afectando emocionalmente. Te llegan con suplicas y llanto, y eso afecta. A diario también nos llevamos maldiciones porque la gente cree que les estamos negando el producto: ´ojalá se te muera un familiar o te mueras tú´, nos dicen. Algunos compañeros ya quieren tirar la toalla, otros se motivan: ´Vamos a darle´… Hay pequeños detalles que pudieran ayudar.

-¿Cuáles?

-A los médicos les está faltando decir los litros de oxígeno por minuto que necesitan los pacientes, y si el suministro debe ser continuo o intermitente, con esos dos datos sabríamos qué producto ofrecer a las familias, para que no hagan un gasto innecesario. Llegan y dicen: ´mi médico no me dijo nada de eso´. Con el ritmo y el flujo por minuto podemos decirles qué tamaño les conviene, o advertirles que no requieren un concentrador de 50 mil pesos ni un tanque grande que puede salvar otra vida.

¿OXIGENO INDUSTRIAL? Entre las sanciones aplicadas por Profeco sobresale el cierre de un negocio clandestino en la Ciudad de México, el cual había falsificado la marca de un productor de oxígeno (INFRA) y ofrecía el industrial como si fuera medicinal.

“Lo cerramos porque vendía y resurtía tanques para sopletes”, cuenta a este diario Ricardo Sheffield.

Tampoco es caso único. El mosaico de anomalías y estafas, en tiempos de desdicha sanitaria, incluye la comercialización de tanques de oxígeno usados por torneros, herreros y hojalateros, con la idea falsa de su utilidad para enfermos de COVID.

“La misma desesperación de la gente los orilla a comprarlos, pero no les servirán de nada, porque las entradas y reguladores son diferentes -dice Rolando Ortiz, distribuir de Neza-. Es otro modo de fraude. Qué triste que cuando más se necesita solidaridad y bondad, esté aflorando lo peor de los seres humanos. No hay que resignarnos a la maldad”…

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RETENCIÓN DE TANQUES

*Es tal su urgencia y valía que hospitales privados han comenzado a cobrar el servicio a pacientes COVID con la retención de cilindros de oxígeno conseguidos por sus familias. Uno de los casos conocidos fue en Atlixco, Puebla: la esposa del enfermo se declaró en quiebra y la directora del nosocomio decidió cobrarse con su tanque.

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CÓMO DIFERENCIAR UN TANQUE DE OXÍGENO INDUSTRIAL DEL MEDICINAL

*Medicinal: están pintados de azul y traen pegadas calcomanías o certificados para ese uso específico.

*Industrial: están pintados de naranja.

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TIPOS DE TANQUES, SEGÚN LA INDICACIÓN MÉDICA DEL SUMINISTRO DE OXIGENO

*682 litros

*1,500 litros

*1,700 litros

*3 mil 500 litros

*9 mil 500 litros