Cultura

Siempre trataba de hacer las fotos como de película: Enrique Metinides

w Mis imágenes no son macabras ni sangrientas, pero sí transportaban al lector al lugar de los hechos w El Foto Museo Cuatro Caminos abre muestra por los 70 años de trayectoria del fotógrafo

El fotógrafo de juguetes
El fotógrafo de juguetes El fotógrafo de juguetes (La Crónica de Hoy)

Cuando no usaba la cámara para fotografiar los monumentos del primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México, a sus nueve años Enrique Metinides (Ciudad de México, 1934) entraba a los cines a ver películas de gánsters donde sus ojos se hicieron expertos en contar historias policiacas. Así lo cuenta en entrevista el fotógrafo mexicano que celebra 70 años de trayectoria.

“Por esas películas hice fotografías de otro modo, porque mi foto no es la macabra ni la sangrienta, eran imágenes que transportaban al lector al lugar de los hechos. Si había un crimen yo conseguía la foto en vida del asesinado, retrataba el arma o a los peritos buscando huellas porque antes dejaban entrar a la escena del crimen”, señala Metinides en su casa.

Hoy, agrega, las autoridades tapan los crímenes y cada periódico dice lo que quiere, unos dicen que murió a balazos, otros que a cuchilladas, o que murió ayer y otros dicen que en la mañana. “¡¿Qué porqué sucede eso?! porque ya sólo reciben el boletín y nadie va al lugar de los hechos, o en algunos casos se sabe porque lo platicó algún vecino”.

¿Qué opina del actual fotoperiodismo?

—Antes el reportero escribía los casos como novelas, al igual que los fotógrafos, por eso eran muy famosos. Llegaban al lugar, se metían con los testigos y autoridades, entonces el que estaba leyendo lo hacía emocionado. Hoy las notas dicen que en tal calle mataron a una persona y luego todos repiten lo mismo. Antes los casos eran novelas y decían qué comandantes y agentes estuvieron, se les daba crédito a todo lo que se había hecho.

“Hoy ya se perdió eso, pero no tanto por imaginación, también influye que a los fotógrafos y reporteros ya no los dejan entrar al lugar de los hechos. No hay comunicación de la autoridad con el periodista, ahora el periodista es el enemigo número uno de la autoridad”, afirma.

Enrique Metinides empezó a tomar fotografías a sus nueve años de edad, de ahí que le apodaran El Niño. Su padre, que tenía un negocio fotográfico en la Avenida Juárez, le regaló una cámara Brownie Junior, con la que realizó sus primeros trabajos.

“De niño hice reportajes de la Alameda, Nonoalco y Paseo de la Reforma, retrataba monumentos y por las películas que veía, tomaba fotos de coches chocados porque después del accidente tardaban horas en recoger el automóvil, también iba a las delegaciones de policías y así hice mi colección de carros chocados”, platica.

Hasta que un día conoció a un fotógrafo de La Prensa, quien lo invitó a trabajar sin sueldo. “Fue cuando vi muertos de verdad, choques en el momento, me iba con los bomberos, en ambulancias y patrullas, porque como decía, la policía y el periodista antes eran una familia”.

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