Opinión

TLCAN y frontera

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Después de dos años y de un proceso de negociación trilateral y posteriormente bilateral debido a la falta de consenso en los temas sensibles de la región, se firmó el Acuerdo Comercial Estados Unidos-México-Canadá (USMCA por sus siglas en inglés), que viene a sustituir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Los acuerdos más importantes se dieron en el sector automotor, en donde se garantizó un contenido regional del 75%, y un 40% en zonas con salarios de 16 dólares la hora. En materia de resolución de conflictos, se mantienen intactos prácticamente dos de los tres paneles existentes: los capítulos 19 y 20, con excepción del 11 referente a inversores y que tendrá características especiales de acuerdo a la situación comercial de cada uno.

La cláusula de finalización quedó definida a 16 años con posibilidad de revisiones anuales a partir del sexto año, mientras que, en materia de propiedad intelectual, quedó definida a 70 años después de la muerte del autor.

Pero, uno de los aspectos más atractivos para nuestro país es que, con el nuevo acuerdo, se podrá incrementar las exportaciones hasta 50% en la próxima década, ya que el sector agroalimentario quedó sin ninguna restricción, además de que se incorporaron disposiciones de etiquetado y certificación que ayudarán a los países a evitar obstáculos al comercio para alimentos.

Lo cierto es que, en la dinámica comercial regional, el nuevo acuerdo comercial detonará mayor crecimiento para los países miembros y hará, como uno de sus objetivos prioritarios, a la región la más competitiva y la más productiva en el mercado internacional.

Se espera que el comercio continúe creciendo a una tasa de dos dígitos en la región, con una mejor calidad de vida para las poblaciones fronterizas derivado de la mejora de salarios y de un proceso productivo más integrado.

Esto demandará, en primera instancia, una operación eficiente de los cruces y puentes internacionales, por lo que la infraestructura fronteriza será un sector estratégico de la agenda bilateral y regional, requiriendo en primera instancia, la modernización de los ya existentes y la creación de nuevos conforme la demanda y el flujo de mercancías, capitales y personas entre ambos países.

Para lograrlo, se debe comenzar a trabajar en la planeación de nuevos proyectos y en la instrumentación eficiente de los que ya están en proceso, para mejorar la infraestructura fronteriza y promover la competitividad de la mano del nuevo tratado, sobre todo si consideramos que las medidas adoptadas serán implementadas de manera gradual, lo que permitirá atender las demandas existentes y estar preparados para el nuevo contexto de intercambio comercial.

Finalmente, con la firma de este nuevo Tratado se abre un área de oportunidad para la frontera México-Estados Unidos y para la modernización y construcción de nueva infraestructura binacional que atienda las necesidades comerciales y demográficas de la región, bajo un esquema de planeación y cooperación conjunta para promover el desarrollo compartido.

cpi@prodigy.net.mx