Opinión

Tradiciones, costumbres y frontera

Tradiciones, costumbres y frontera

Tradiciones, costumbres y frontera

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Las festividades decembrinas tienen un sentido esencialmente familiar en nuestro país, cada espacio de la república guarda particulares tradiciones un tanto distintas de un lugar a otro, y éste es precisamente el caso de la región fronteriza México-Estados Unidos.

De extremo a extremo de la demarcación internacional podemos apreciar cómo convergen, al menos, tres tradiciones y costumbres: la mexicana, la estadunidense y la fronteriza; esta última es una mezcla de ambas, con apropiaciones singulares, sin dejar de representar a ambas naciones. Los elementos que constituyen las tradiciones y costumbres en la frontera son: la riqueza de la migración, la intensidad de las interacciones transfronterizas y el intercambio fronterizo que va desde lo comercial hasta lo cultural. Esto da como resultado una experiencia particular sobre cómo, dónde y con quiénes se celebran estas fiestas.

Para estas fechas, paisanos provenientes de Estados Unidos comienzan a cruzar la línea para reunirse con nuestras familias en las ciudades fronterizas o para tomar un vuelo hacia el interior de la República Mexicana. Año tras año dicha movilidad impacta de manera positiva la economía de los lugares destino durante esta época. Del mismo modo, la preparación de estas fiestas incentiva el comercio bilateral y local con el intenso flujo en los cruces fronterizos para realizar las compras navideñas de obsequios e insumos para las cenas de las fiestas de diciembre, que en general resultan más baratos en “el otro lado” o fáciles de encontrar del lado mexicano.

Tanto en las noches de posadas como en Nochebuena, Navidad y Año Nuevo, la mesa está servida para familiares de aquí y de allá, con platillos que representan la experiencia de ser fronterizo. Común es esperar degustar un pavo relleno acompañado de puré de papas con gravy; ensalada de manzana, pasas y zanahoria o una pierna de jamón precocida al horno estilo hawaiano y, con todo, hacer espacio para los romeritos y tamales estilo Sonora o Tijuana: estilo frontera. Entre ponche de frutas, cervezas o tequilas, igual brindamos por el Nacimiento de Jesús y la llegada de Santa Claus. En Año Nuevo, el count down para el próximo año es una gran fiesta iluminada por los fuegos artificiales que bien se pueden apreciar de un lado y del otro.

En esta temporada, no sólo se vive la reunificación familiar en todos los sentidos, al mismo tiempo vivimos un intercambio cultural, de valores, tradiciones y costumbres que devienen de dos países distintos en lo fundamental. Esto que exaltamos pero que pasa desapercibido por la naturalidad con la que se presenta, le otorga una connotación especial a la región fronteriza que finalmente es un reflejo de ambas naciones, un termómetro preciso. Por ello es importante reconocer que las condiciones de este lado amable y puro de la relación México – Estados Unidos se reproduce en diferentes temas sobre los que hemos hablado durante este 2017, cuya esencia veremos en el próspero 2018 para ambos países y la frontera que compartimos.

cpi@prodigy.net.mx