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Velocistas que se mancharon de doping

Desde el escándalo de Ben Johnson en Seúl 88, hasta la reincidencia de Justin Gatlin, los hombres más veloces han sido relacionados con sustancias prohibidas. Sólo Usain Bolt se vio intacto.

Cuatro atletas en la línea de salida de una carrera de velocidad.
Cuatro atletas en la línea de salida de una carrera de velocidad. Cuatro atletas en la línea de salida de una carrera de velocidad. (La Crónica de Hoy)

Esos velocistas a los que en su momento se les vio como superdotados y después decepcionaron por hacer trampa, fueron opacados por el ya retirado Usain Bolt. El jamaicano, multimedallista olímpico y mundial que maravilló al mundo en tres citas olímpicas (Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016) y otros tantos eventos mundialistas, puede presumir de ser aún recordista mundial (9.58” en 2009) y olímpico (9.63” Londres 2012) en los 100 metros planos sin habérsele detectado alguna sustancia prohibida durante su carrera deportiva.

Aunque en la actualidad existe un mayor control antidopaje en los atletas, tras la lucha conjunta entre el Comité Olímpico Internacional (COI), las federaciones, en este caso la World Athletics y la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), siguen saliendo a la luz casos de doping de nuevas sustancias de acuerdo con la evolución de los medicamentos y sustancias para mejorar el rendimiento deportivo.

Apenas 48 horas después del éxito de Ben Johnson, el mundo entero se enteró de que el nuevo rey de los 100 metros había dado positivo de dopaje con estanolozol, una sustancia anabolizante. La conmoción fue tremenda, ante un tema poco habitual en la época.

Pero la realidad fue más cruda cuando Johnson confesó que se había dopado para vencer y que llevaba varios años haciéndolo. El canadiense fue despojado de su título olímpico, que volvió a manos de Lewis (también el récord mundial en 9.92”). Johnson fue suspendido dos años y volvió a correr, pero no aprendió. En 1993, el canadiense volvió a ser ‘cazado’ con el consumo esteroides y fue apartado de por vida del atletismo.

Fue el escándalo de Johnson el que fortaleció de alguna manera la lucha antidopaje.

Al paso del tiempo otros velocistas también fueron “cazados”. El jamaicano Steve Mullings, octavo más rápido de la historia (9.80”) y quien había clasificado para Atenas 2004 no pudo competir porque semanas antes había dado positivo por testosterona. Pagó con dos años de suspensión su infracción.

El 22 de agosto de ese año fue inhabilitado por ocho años tras dar positivo por testosterona pero colaboró con la justicia y evitó ser suspendido a perpetuidad por reincidente. El Tribunal de Arbitraje de Estados Unidos, le redujo la sanción a cuatro años.

El jamaicano Yohan la bestia Blake dio positivo en septiembre de 2009 por metilxantina. Blake estaba llamado a suceder a su compañero de entrenamientos Usain Bolt, pero admitió que había usado metilxantina antes de los campeonatos nacionales jamaicanos de junio de ese año y fue suspendido por tres meses junto a Lansford Spence, Marvin Anderson y Allodin Fothergill.

Otro jamaicano Asafa Powell, quien llegó a ser plusmarquista mundial en 2005 (9.77”) fue suspendido por 18 meses en 2014 tras dar positivo por el estimulante oxilofrina.

El estadunidense Tyson Gay confesó en julio de 2013 que había dado positivo en un control fuera de competencia y la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) le suspendió por un año, por lo que no pudo competir en los Mundiales de Moscú 2013.

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