En el discurso inaugural de su precampaña oficial del pasado domingo, usted ofreció “no zizaguear” en la ruta iniciada en 2018. Sin embargo, muchos de sus 17 “sueños, ideas o anhelos” son –o por lo menos parecen ser- muy distintos a lo hecho por el actual inquilino de Palacio.
Asimismo y la verdad sea dicha, Andrés Manuel López Obrador se la ha pasado zigzagueando en sus políticas públicas, llenas de ocurrencias y con “encargos” sobre los cargos, así como pretextando el combate a la corrupción para extinguir todo aquel programa u organismo que no le llenara el ojo. En un solo aspecto ha sido consistente AMLO: la concentración del poder.
Pasemos a sus sueños y anhelos. Hoy comentaré algunos y mañana seguiré con paz, seguridad y gobernabilidad; y el Plan C. Mucho que comentar al respecto.
Mantener la austeridad republicana es encomiable, siempre y cuando no se siga pauperizando el capital humano de la burocracia y ésta cuente con los insumos básicos para llevar a cabo sus tareas.
Ofrece usted continuar con los programas sociales y lo celebro en aras de abatir la desigualdad. Solo agradecería que, como se trata de nuestros impuestos, se depuren los padrones de beneficiarios y haya indicadores de éxito. Quedaría como preocupación que su gobierno contara con los suficientes recursos para universalizar a algunos programas, como las becas para estudiantes de escuelas públicas.
Bien por el aumento al salario mínimo, esperando que se coordine con el sector privado. No hablo de las grandes empresas, sino de las PYMES.
Me asusta mucho que pretenda orientar una buena parte de la inversión pública a trenes de pasajeros. Salvo en Japón y solo los trenes de alta velocidad salen tablas entre el gasto y lo que generan; incluso en Europa que tanto se usa este tipo de transporte, NO son rentables. ¿O está pensando en subsidios?
Pero no descartemos la idea, mejor le pregunto si con las vías férreas actuales y la orografía nacional, ¿ya calcularon cuánto tardará un tren en llegar a Nogales o a Nuevo Laredo? ¿Ya hicieron los estudios de factibilidad, de mercado y de usuario/destino?
Por lo que hace a “mejorar el sistema de salud” le tengo malas noticias: lo tiene que rehacer. En este espacio he señalado reiteradamente lo que los expertos y los usuarios indican sobre el gran daño hecho al sector salud con cambios tan abruptos, mal planeados y peor concebidos. Mire, doctora Sheinbaum, no pedimos un sistema de salud como en Dinamarca; con que haya medicinas, no se tenga uno que esperar tres meses para una cirugía y se atiendan las enfermedades catastróficas vamos de gane.
Celebro que usted proponga una igualdad sustantiva para las mujeres. ¿Su gobierno volverá a apoyar económicamente a las ONG que ven por las mujeres violentadas? ¿Reactivará las escuelas de tiempo completo y las guarderías para que las mujeres se incorporen al mercado de trabajo con más tranquilidad?
Otro punto a su favor es su propósito de atraer inversiones. Con el “nearshoring”, no está nada difícil lograrlo si, y solo si, les da usted certeza jurídica. A nadie le gusta que le cambien las reglas del juego a medio partido; ya ve la bronca enorme que ahí sigue por la reforma energética, la cual solo beneficiaba a la CFE y a su sindicato, pero no a la población.
En cuanto al desarrollo científico y tecnológico que ofrece impulsar, también hay que hacer cirugía mayor. La ínclita María Elena Álvarez-Buylla le dio en la torre al Sisema Nacional de Investigadores, puso un muro de nopal alrededor de la becas al extranjero y arruinó a los centros de investigación que antes apoyaba CONAHCYT. En la misma situación se encuentra la promoción cultural.
Entre sus sueños también está el apoyo al campo, el cual brilló por su ausencia en la actual administración, sobre todo con la desaparición de Financiera Rural y los muy malos manejos de SEGALMEX.
Hay un “sueño” que me parece de la mayor relevancia y es el derecho al agua. Sin embargo, para garantizarlo es necesario emprender políticas y programas sobre ahorro y cosecha de agua que abarquen a toda la población, empezando por los que sí cuentan con el servicio. Por cierto y usted lo debe saber por la CDMX, es urgente minimizar las fugas de agua en el sistema de distribución y eso requerirá muchos recursos. Le apuesto que la gente le agradecerá más contar con agua que con un tren que llegue a Nogales.
En fin, doctora Sheimbaum, va usted que tener que desandar muchas sendas y veredas lopezobradoristas.
Tres últimas preguntas por hoy:
¿Usted si escucha a los especialistas?
¿Dónde dejó la transparencia y la rendición de cuentas?
¿Qué onda con los militares?
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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