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Las elecciones presidenciales estadounidenses tienen un impacto significativo en México. El resultado ganador, sea demócrata o republicano, afectará las relaciones bilaterales, la economía y la política migratoria así que analicemos los dos escenarios:
Con Victoria Demócrata:
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Política Migratoria. Posible enfoque más humanitario. Podría beneficiar a migrantes mexicanos en EE.UU. Probable revisión de políticas de asilo y DACA.
Comercio. Mayor énfasis en el T-MEC. Posible fortalecimiento de cadenas de suministro regionales. Probable impulso a energías renovables en México.
Cooperación Bilateral. Enfoque en cambio climático y seguridad. Posible aumento en programas de desarrollo para Centroamérica. Mayor colaboración en temas de salud pública.
Con Victoria Republicana:
Política Fronteriza. Probable endurecimiento de controles migratorios. Posible presión para aumentar la seguridad en la frontera México-EE.UU.
Relaciones Comerciales. Enfoque en balance comercial. Posible revisión de ciertas cláusulas del T-MEC. Mayor presión en temas laborales y energéticos.
Seguridad Nacional. Énfasis en combate al narcotráfico. Probable aumento en la cooperación en materia de seguridad. Posible presión para acciones más agresivas contra cárteles.
En lo financiero está muy claro que la incertidumbre que rodea estas elecciones presidenciales puede provocar volatilidad en los mercados financieros, afectando directamente el tipo de cambio peso-dólar y los mercados de valores en México. Un escenario de incertidumbre prolongada o de políticas económicas percibidas como desfavorables para México podría llevar a una depreciación del peso y a una salida de capitales de los mercados mexicanos.
Por el contrario, un resultado electoral que se interprete como positivo para las relaciones bilaterales podría fortalecer el peso y atraer inversiones a los mercados financieros mexicanos. Es fundamental que los inversionistas y analistas financieros estén preparados para responder rápidamente a estos cambios y ajustar sus estrategias de inversión en consecuencia.
Lo que será una realidad es que independientemente del resultado electoral, sufriríamos un período de alta volatilidad y de un ajuste en los mercados financieros. Los participantes en los mercados deben estar preparados para movimientos bruscos en el corto plazo.
Concluyendo podríamos decir que tendríamos un posible escenario de depreciación del peso si las políticas del nuevo presidente se perciben como negativas para México. Esto podría aumentar el costo de las importaciones y la deuda denominada en dólares. Pero también podríamos esperar una revaluación de la moneda mexicana en un escenario favorable que se daría si los eventos políticos promueven una relación económica más fuerte.
En fin, lo que sí es un hecho es que viene un periodo de volatilidad en que lo mejor será no hacer nada; no tomar decisiones financieras pues pueden ser muy costosas.