El gobierno domina el arte del regateo. ¿Cómo inicia el proceso? Parte del supuesto de que el primer precio de un artículo o un servicio no es el definitivo, sino que marca el inicio de una toma y daca entre el comerciante y el cliente para llegar, después de un jaloneo casi siempre amable, al precio de definitivo.
Al gobierno le pareció caro 13, 200 millones de pesos por hacerse del Poder Judicial a través de una elección organizada por el INE. La señora Taddei, consejera presidenta del instituto, a la que no le gusta encarar las voces oficiales, pronto comenzará a bajarle al precio. Claro que debe tener presente los costos reales del servicio, para que el INE no termine poniendo dinero que no tiene.
El gobierno ya dijo que quiere casi la mitad, 7 mil millones, de modo que siguiendo las reglas del tianguis, que también operan en la política al más alto nivel, es probable que el INE le deje al gobierno la elección en el 10, 00O millones. Todos se irán contentos a casa, sobre todo porque ni uno ni otro ponen dinero de su bolsillo, ni que estuvieran locos, es dinero del pueblo, como les gusta tanto decir, dinero de los impuestos.
El regateo es una cosmovisión de la actividad comercial exclusiva de las mentes abiertas. Se vale regatear en el tianguis, pero nunca en el Palacio de Hierro. ¿Qué pensará el pueblo de que se gasten 10 mil millones de pesos en su nombre? En el viejo régimen, cuando imperaba el cinismo, se decía que un problema que se resuelve con dinero no es problema. Se referían a un sindicato rejego, digamos la CNTE, que le hacía la vida imposible a los capitalinos entre marchas y plantones. El gobierno los dejaba desahogarse y después citaba a los líderes en el sótano de la Segob para entregarles, cuanta la leyenda, una maleta llena de billetes. El problema se resolvía hasta el siguiente año cuando los líderes regresaban por otra maleta.
Para el gobierno el dinero no es el problema, lo que no le gusta es que se conozca la cantidad de dinero público que se gastará y que por eso pierda respaldo popular. No a todos agrada que se distraigan recursos para cumplirle un capricho a algún expresidente, por ejemplo. Aunque no se crea, a pesar de ser una cantidad considerable, hoy mismo el dinero no es el principal problema. En el curso de este martes, a poco más de un mes del inicio del nuevo gobierno, el país puede caer en una crisis constitucional, lo que deja al descubierto que nadie quiso hacer política, que incluye diálogo y negociación, y que se privilegió la estrategia de la aplanadora. Somos mayoría y háganle como quieran.
Una crisis constitucional que no venía al caso, que se fraguó para tener control político sobre uno de los poderes de la Unión, haciendo una inversión de 13, 200 millones de pesos. Caray. Una herencia muy pesada que desgasta, desde luego que lo hace.
Glifos
Donald Trump lo hizo de nuevo. Como le salió de maravilla hace unos años y consiguió doblar en tiempo récord a la dupla AMLO- Ebrard para obligarlos a contener a los migrantes o les subiría los impuestos a todos los productos mexicanos. Ahora el blanco de sus amenazas es la presidenta Claudia Sheinbaum que desde luego no quiere que Trump, que es delincuente, se ensañe con ella. Si gana Trump en la elección de este martes comenzará una pesadilla para México. Hay que pedirle a toda la corte celestial que pierda. Claro está que no reconocerá su derrota y meterá a Estados Unidos en un callejón sin salida. Como sea no hay que dejarse intimidar en ninguna circunstancia.