Opinión

Bengalíes tiran su temporada a la basura

El Quarterback de los Cincinnati ha sido número 1 en yardas y pases de Touchdown lanzados en 10 semanas de esta temporada, pero los Bengals marchan con marca de 4-6 y están fuera de zona de playoffs.
Joe Burrow El Quarterback de los Cincinnati ha sido número 1 en yardas y pases de Touchdown lanzados en 10 semanas de esta temporada, pero los Bengals marchan con marca de 4-6 y están fuera de zona de playoffs.

A media semana, platicando con un amigo que vive muy cerca de Washington DC, me comentaba que tenía muchas ganas de ir al juego entre los Comandantes y los Acereros; le aconsejé que aprovechara su ventaja geográfica de vivir tan cerca del fabulosos espectáculo que es la NFL, y que se fuera a disfrutar del encuentro; después de todo, valdría la pena ver al hasta ahora sorprendente equipo de Washington con su quarterback Jayden Daniels, y también, por qué no, a la siempre sólida defensa de Pittsburgh y al mariscal Russell Wilson, quien ha tomado su segundo aire al mando del ataque de los Acereros.

Horas después de la conversación me dijo que desechaba la idea, la razón era más que elocuente. El precio de un boleto ya no digamos en la parte baja del estadio, sino a la mitad de las gradas era de más de 300 dólares. La realidad es que era de esperarse un costo así dada la manera en que ambas escuadras llegaban al juego, los dos como líderes divisionales.

Así que este amigo no fue y terminó viendo el juego, que por cierto estuvo muy bueno, en la comodidad de su hogar, sin embargo lo anterior nos sirve para argumentar que el espectáculo que brinda la NFL, que el producto que nos vende la NFL, vale cada dólar que pide por sus boletos.

Si, no es una exageración; y si alguien lo duda, basta mirar cuántos juegos en esta semana terminaron de manera dramática, decidiéndose hasta el final y en varios casos hasta la última jugada.

Eso es la NFL, un show de calidad atlética y estratégica que nos mantiene absortos en la pantalla, y más aún en un estadio cuando hemos tenido la oportunidad de asistir a un buen encuentro.

¿TIEMPO EXTRA?, NO, ¡VAMOS A GANAR!

Y aunque podríamos enumerar algunos de esos encuentros que esta semana se decidieron al filo del final, me quedo específicamente con uno, el del jueves por la noche entre Cincinnati y Baltimore que fue ganado por los Cuervos o, mejor dicho, entregado por los Bengalíes tras la aún absurda decisión de Zach Taylor, su coach, quien en un arranque de valentía, de osadía, o de una palabra que no podemos plasmar aquí, tomó la decisión de ir por una conversión de dos puntos para ganar en vez de ir por un punto extra y forzar el tiempo extra, una posibilidad que ya tenía en el bolsillo, en una acción de mero trámite.

De verdad, aún me cuesta creer que un coach tan cerebral e inteligente como Taylor haya decidido jugarse así la temporada de su equipo, en una sola jugada.

La derrota le valió quedar fuera de la carrera por los playoff, eso es un hecho, y sin embargo al responder sobre su decisión en la conferencia de prensa, la respuesta fue tan parca e inocente, por no decir otra cosa, que nos deja pensando si a veces toman ellos las decisiones o se dejan llevar por las ahora tan de moda probabilidades estadísticas. Su parca respuesta fue: lo hicimos porque vinimos a ganar.

¡Perdón!, ¿cómo dijo? Todos los equipos juegan a ganar, y buscan la manera más adecuada para hacerlo, pero lo que hizo Taylor, jugarse la temporada de sus Bengalíes apenas a media campaña en una sola jugada, en una conversión de dos puntos cuando aún tenía la posibilidad de hacerlo en tiempo extra, nos habla de que a veces estos hombres que dirigen el destino de un equipo se dejan llevar más por la emoción que por la razón.

EL MUNDO SURREALISTA DE JERRY JONES

Y ya que hablamos de emociones y razones, creo que ambos conceptos viven de manera surrealista en Dallas, donde es increíble que nada pase, nada aún cuando los Vaqueros no han ganado ni un solo juego en su casa, el AT&T Stadium, su temporada se ha ido al bote de basura de la manera más vergonzosa posible, y Jerry Jones, el dueño, aún habla de que pueden enderezar el barco.

Con Dak Prescott fuera por el resto de la temporada, porque es un hecho que no tiene sentido arriesgarlo en una causa perdida, todos, todos se preguntan porque no evaluar a ese otro mariscal que en su momento fue una primera selección colegial como Trey Lance, y que fue un fracaso en San Francsico, y que busca rehacer su carrera en Dallas.

De verdad, fue de risa y de un cinismo tal la respuesta del coach Mike McCarthy respecto a ese asunto cuando lo cuestionaron al respecto al iniciar la segunda mitad contra Filadelfia. La reportera de campo de la televisora estadunidense fue directa al preguntar en dos ocasiones sobre la posibilidad de ver a Lance, a lo que McCarthy esquivó con lo que esperaba de la segunda mitad.

Eso fue como si al interior de los Vaqueros se viviera una realidad alterna, donde dueño y coach parecieran no darse cuenta de la gravedad de la situación. La muy lamentable y humillante derrota ante Filadelfia exije una reacción enérgica por parte de los Jones (Jerry y Stephen), quizá de fingido el poner a un entrenador interino, algo que cambie de alguna manera el ambiente en el equipo, porque es un hecho que en McCarthy ya nadie cree, quizá ni su propio staff.

Tal vez una opción sería Mike Zimmer, el coordinador defensivo, y quien llegó a tener buenas temporadas al frente de Minnesota hace unos años,pero es evidente y urgente que se materialice un cambio, un “fresh start” como dicen los estadunidenses.

SIN ALAS, SIN COMBUSTIBLE, SIN DIRECCIÓN

Finalmente qué agregar a esos fracasos como la penosa, lamentable y ridícula situación por la que atraviesan los Jets de Nueva York.

Ha quedado más que demostrado que el problema no era Robert Saleh, el ex entrenador despedido hace unas semanas, La realidad es que bajo el mando de Jan Ulrich no ha pasado nada, y es más que evidente que Aaron Rogers no fue, es, ni será la solución. Con otro equipo con su temporada en la basura, será de esperar que al final de la campaña el dueño saque la escoba y barra en serio desde dentro para intentar armar algo más decente con miras al próximo año, empezando por un nuevo y real entrenador, y un decente quarterback.

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