Opinión

Gota a gota. Extranjeros perniciosos

Iniciativa de ley en contra de la extorsión, cobro de piso y préstamos Gota a Gota
Extorsión Iniciativa de ley en contra de la extorsión, cobro de piso y préstamos Gota a Gota

Acaso se piense que el torvo espíritu de Donald Trump recorre este texto, pero lo cierto es que cada vez se publican en los diarios más notas que reportan la participación de extranjeros en actividades ilícitas en México. Es un incremento notable. No son faltas administrabas, sino delitos graves. La verdad es que con la cosecha nacional de delincuentes basta y sobra como para que ahora también tengamos que lidiar con infractores extranjeros.

No queda claro si ya eran delincuentes en su país o si México les gustó para comenzar su carrera. ¿Si tienen antecedentes penales o una ficha de búsqueda pueden ingresar al país como si nada? Demandar que haya más control migratorio no supone soñar con la supremacía de la raza de bronce, claro que no, pero México no tiene que ser un paraíso de gánsteres.

Hace un par de días la jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, anunció la puesta en marcha de una estrategia para combatir el Gota a Gota, que es un sistema de préstamos ilegales dominado por bandas colombianas. La idea es detectar personas, principalmente comerciantes en apuros, para ofrecerles préstamos inmediatos, sin garantías ni avales, para cobrarles después intereses impagables, claro que a quienes no pagan se les intimida, se les golpea o de plano se les elimina.

Entre comerciantes del Centro Histórico de la CDMX circulan muchas historias de terror de personas que han pasado por la pesadilla del Gota a Gota. Son casos reales. Los colombianos también son expertos en robo a casa habitación en colonias pudientes. Son especialistas en vaciar casas. Circulan versiones de que los carteles mexicanos, comenzando por el CJNG, reclutan exmilitares e incluso exguerrilleros colombianos para engrosar su base de sicarios.

Para que no haya equivocaciones procede aclarar algo: La mayoría de los colombianos que están en México son gente de bien cuya presencia enriquece a la sociedad, eso no está a discusión, pero el entorno de impunidad y corrupción de policías y agentes judiciales, incentiva a delincuentes colombianos a operar en México. No se trata de estigmatizar, sino de protegernos de delincuentes internacionales. No es lo mismo.

También crece el número de venezolanos vinculados a actividades ilegales, como la trata de personas. Bandas organizadas, incluso carteles internacionales de ese país se han expandido en América Latina, notablemente en México, como ocurre con el llamado Tren de Aragua, una banda por demás peligrosa que ya cometió un México el doble crimen atroz de dos chicas venezolanas a las que explotaban como trabajadoras sexuales. Sus cuerpos, a medio calcinar, aparecieron en Topilejo. Colombianos y venezolanos también incurren con destreza en la clonación de tarjetas. En la actualidad hay casi 300 extranjeros detenidos en prisiones de la CDMX, la mitad de ellos son colombianos y venezolanos. También hay hondureños, peruanos, haitianos.

La actividad delincuencial de extranjeros en todo el país, en particular en la CDMX, es un fenómeno en expansión, que agrava las condiciones de seguridad de por sí muy difíciles entre nosotros. ¿Cómo reducirlo? Lo ideal sería que los países expulsores, los gobiernos de Petro y Maduro, por ejemplo, colaboraron con el mexicano, pero es difícil porque ellos están complacidos de que sus delincuentes se vayan con sus mañas a otra parte, a México, por ejemplo.

Migración irregular y delincuencia van de la mano. Muchos migrantes sufren aquí abusos indecibles por parte de delincuentes mexicanos, o incluso de uniformados. Eso no se puede minimizar. ¿Si se demanda más seguridad y control en las fronteras es un gesto trumpista? No lo es, es un acto de legítima defensa. Por dejar las fronteras al garete pagamos una factura muy cara.

jasaicamacho@yahoo.com

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