Hace unos días la Fundación Sebastián le otorgó su presea “Magna Cum Laude” al escritor Hernán Lara Zavala cuya novela “Península, península”, sobre la Guerra de Castas en Yucatán, entre otras cosas, es uno de los clásicos de las letras contemporáneas mexicanas.
Quien lea ese hermoso texto llegará a la conclusión más obvia: Yucatán es un mundo aparte y ahí todo puede suceder por una sencilla razón: todo ha ocurrido hasta llamarle sureste desde la ciudad de México a una tierra con latitud más al norte del valle de Anáhuac.
--Tu has hecho tanto por Yucatán como Ivonne Ortega cuando fue gobernadora, le dije a Hernán. Ella le devolvió los terrenos del castillo de Chichén Itzá al Estado, entonces en manos de la familia Barbachano y tú les diste la novela necesaria.
Sin embargo como trama de otra novela, esta terrorífica pues incluye en su trama real, tristes y apabullantes prácticas de corrupción política, se está desarrollando en estos días; en espera –seguro—de una pluma magnifica capaz de trazar una historia increíble en la cual se mezclan dos hoteles asentados en la zona arqueológica de una de las maravillas del mundo; los fraudes inmobiliarios, la perversidad de crear jueces de emergencia y juzgados de oportunidad venal; los antiguos negocios de Donald Trump como promotor del concurso Miss Universo, quejoso de defraudación por una de las partes en este nuevo litigio, y una vasta lista de irregularidades de todo orden donde bailan alegres decenas de millones de dólares.
El asunto es muy simple en esencia. Fernando Barbachano, propietario de los Hoteles Mayaland le iba a vender esas propiedades a Rodolfo Rosas Moya por veinte millones de dólares. Para darle seriedad y compromiso al trato, Rosas Moya depositó tres millones de billetes verdes, con lo cual todo quedó formalizado. Pero al paso del tiempo el trato fue revertido en perjuicio de Barbachano. El comprador no sólo incumplió el resto del trato, sino acusó de despojo al propietario.
Tiempo atrás, y sólo como un ejemplo complementario de la habilidad de RRM en el mundo de los negocios, Donald Trump; ese caballero cuya truculencia lo ha llevado dos veces a la Casa Blanca, se quejó de este señor.
Un tuit del año 2015 (5 de marzo), con la fotografía de Mr. Trump en el avatar de su cuenta, advertía:
“Por causa de Rodolfo Rosas, quien me debe montones de dinero, México nunca más alojará un concurso de Miss Universo”. En fin.
Pero en cuanto al pleito contra Barbachano, el asunto se vuelve peor: las denuncias contra Barbachano fueron presentadas en otro estado de la República, mientras un convoy de hombres armados –al servicio de RRM--tomaba por asalto a mano armada, los hoteles. Además se crearon al vapor “jueces provisionales” a cuyas manos fueron a dar los documentos relativos a esta historia, con lo cual todo se trastocó en sucesivas violaciones a la Constitución yucateca.
“El día que hablé por primera vez con el señor Fernando Eugenio Barbachano Herrero sobre la problemática legal relativa a los hoteles Mayaland” y “The lodge at Chichén Itzá” --dice el abogado Gerardo Ostos-- me quedé atónito: los acontecimientos que me relataba parecían simplemente inverosímiles, debido a que por mi formación personal y académica como abogado penalista, pensé: ESTO ES IMPOSIBLE.
“Algo estaba mal en el relato de Don Fernando, lo que me platicaba era una verdadera aberración jurídica. Después de analizar el asunto con detenimiento, pude comprender qué es lo que estaba mal en este inaudito asunto. La contraparte del señor Barbachano en el litigio, era el gobernador del Estado de Yucatán, Mauricio Vila Dosal. Sólo así podían comprenderse las causas –ilegales--, que motivaron este concierto de arbitrariedades en perjuicio de los principios rectores del Estado Democrático de Derecho…”
MUERTOS
El día dos de este mes, los fieles difuntos. El 20, la Revolución. Cosas de la muerte y tanto como nos obsesiona festivamente.
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